Un grupo de varones se puso a jugar a la pelota, sin reparar que en la plaza había niños de jardines de infantes y gente mayor.
Los cuidadores les pidieron que dejen de jugar para no golpear a los más chicos, y que no pisen los canteros con flores, pero al parecer no le prestaron atención.
En un momento le dieron un pelotazo a una mujer, que se encontraba junto con los empleados, colocando plantines.
Entonces uno de los placeros, de apellido Berillo, tomó la pelota y les advirtió que no se la devolvería, pero los estudiantes se abalanzaron sobre el empleado, a golpes de puño, lo arrojaron al suelo y le dieron algunas patadas.
Ante semejante espectáculo, varios móviles policiales llegaron a la plaza y demoraron a dos de los estudiantes, quienes fueron llevados a la comisaría Primera para ser identificados y posteriormente entregados a sus padres.
El damnificado resultó con un corte en el rostro, traumatismo en el ojo izquierdo y hematomas en distintas partes del cuerpo.