El dirigente piquetero se había encerrado en un local de pool junto a tres mujeres, una de ellas menor de edad, a quienes mantenía bajo amenazas de matarlas, o de quitarse la vida.
El sujeto reclamaba por lo que considera una constante persecución por parte de la Policía.
En medio del drama, la mujer, una sobrina y otra mujer quedaron encerradas dentro del local junto a un descontrolado sujeto, que a decir de las autoridades, estaría bajo los efectos de alguna sustancia.
Para llevar adelante su cometido, Rosales trabó la puerta del negocio con una mesa de pool, tomó una garrafa y amenazó con encenderla, mientras reclamaba la presencia de las autoridades judiciales.
Intervino un mediador, que mantuvo un extenso diálogo con el sujeto, hasta que se hicieron presentes el fiscal Juan Pablo Morales y el juez Marcelo Soria, quienes le garantizaron la seguridad, y en definitiva Rosales desistió de su actitud.
En estos momentos, el “Payo” fue trasladado a la Unidad Judicial Nº 2, donde se iniciaron las actuaciones por el delito de privación ilegítima de la libertad.