El motín se inició a las 19.30, cuando los policías realizaban una requisa en los calabozos, tras finalizar el horario de visita, un procedimiento habitual destinado a evitar la introducción de elementos prohibidos en los lugares de detención.
Poco después del inicio de la revuelta, llegaron hasta el lugar -por orden del gobernador Daniel Scioli- el ministro de Justicia y Seguridad bonaerense, Ricardo Casal, y el jefe y subjefe de la Policía provincial, Juan Carlos Paggi y Salvador Baratta, respectivamente.
La orden de Scioli fue asistir al fiscal Leandro Heredia, que negoció la liberación de los rehenes cara a cara con los amotinados, quienes serían delincuentes de alta peligrosidad.
¿Qué pedían? Al parecer, mejoras en las condiciones de detención, ya que se encontrarían hacinados, y traslados a otras dependencias.
Momentos antes de las 23.30, Casal salió de la comisaría y dijo a la prensa que era inminente la liberación de los siete efectivos, ya que se estaba “desactivando” el motín, a la vez que destacó que no hubo “ningún herido”, ni entre las víctimas ni entre los captores.
“A medida que los detenidos van saliendo, van saliendo los policías”, agregó el ministro, explicando que “las personas detenidas” estaban siendo “revisadas una por una por los médicos”.
El fiscal Heredia entrevistaba anoche a los presos amotinados y estaba “accediendo a los pedidos de traslado que están haciendo cada uno. Veremos quiénes pidieron el traslado y quiénes no”, agregó Casal.
El funcionario también desmintió que durante el motín se hubieran registrado episodios de violencia, contradiciendo así las versiones que indicaban que los amotinados habrían golpeado al comisario retenido en los calabozos.
Los amotinados habrían estado liderados por un grupo pequeño de delincuentes, entre los que se encontraría un asaltante conocido como “El Garra” Pintos, indicaron fuentes policiales. Los rehenes fueron un comisario, jefe de turno del fin de semana, un subcomisario y cinco policías de menor rango.
Unas dos horas después del inicio del motín llegaron al lugar detectives de la DDI La Plata encabezados por su jefe, Juan Ibarra, y efectivos de la Guardia de Infantería, que se ubicaron rodeando a la comisaría situada en la esquina de 29 y 35 de ese distrito cabecera del partido de Presidente Perón, a fin de evitar una eventual fuga de detenidos y contener a los familiares que se acercaron para conocer la situación de los presos. Asimismo, habían llegado dos divisiones del Grupo Halcón de la Bonaerense, que suele actuar en caso de que las autoridades consideren necesario la irrupción y liberación de los rehenes por la fuerza.
Mientras se desarrollaban las negociaciones, se vio atravesar el cordón de la Guardia de Infantería a un micro del Servicio Penitenciario, por lo que se procedería sin demoras a los traslados a otros centros de detención, tal como pretendían varios de los presos.
Entre los detenidos se encontraban personas con causas por robo y algunos por homicidio, dijeron fuentes policiales. El grupo de policías fue encerrado en uno de los calabozos y los captores los habrían mantenido reducidos con facas (armas blancas de fabricación casera). Los efectivos, se estimaba, habían ingresado sin armas a realizar la requisa, ya que así lo establece el protocolo.
Fuente:Diariohoy
