Fue el chico quien sospechó de las agresiones sexuales que sufría la nena y, junto a un amigo al que conoció en esta ciudad, fue a denunciarlo a la comisaría. Allí presentó la principal prueba que complica al acusado: su teléfono celular donde guardaba videos que registrarían los ataques sexuales a su propia hija.
Mientras los investigadores revisaban las imágenes aportadas por los dos jóvenes y no salían de su asombro, la Policía montaba una guardia en cercanías de la vivienda del hombre, en el barrio Mariano Moreno, a unas 25 cuadras del centro de la ciudad.
Después de las 22 del miércoles, el hombre se subió a su moto e intentó irse, pero fue capturado al salir de su casa .
Pese a que la calidad de las filmaciones registradas por el teléfono celular es alta, el material estaba siendo procesado a otros formatos para incorporarlo como evidencia al expediente abierto por abuso sexual agravado por el vínculo.
También se agregará el informe médico pericial que determinó que la nena fue violada.
En virtud de este resultado y de la contundencia del contenido de las filmaciones del teléfono móvil, la fiscal ya solicitó la detención del sospechoso a la Justicia de Garantías.
En la vivienda del sospechoso se encontraron estupefacientes.
Tanto la pequeña como su hermano quedaron a resguardo del servicio local de Niñez y Adolescencia en un hogar de abrigo.
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