Así lo destacó en la revista “Molecular and Cellular Neuroscience” la doctora Amaicha Depino, investigadora del CONICET en el Instituto de Fisiología, Biología Molecular y Neurociencias (IFIBYNE), que también depende de la UBA.
“Una serie de trabajos muestran la posibilidad de que una respuesta del sistema inmune de la madre a determinadas infecciones, provocadas por virus y bacterias, podrían también provocar alteraciones en la placenta, en la sangre y en el desarrollo del cerebro del feto”, explicó Depino, quien también es docente del Departamento de Fisiología, Biología Molecular y Celular en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA.
Trabajos epidemiológicos, por ejemplo, mostraron un aumento estacional y/o regional de los casos reportados de autismo que podría coincidir con epidemias de gripe durante el embarazo. Y según Depino, los responsables de afectar el sistema neurológico fetal podrían ser los niveles aumentados de proteínas del sistema inmune, como anticuerpos y citoquinas.
El grupo de Depino está utilizando modelos animales que permiten evaluar de manera controlada las alteraciones en el sistema inmunológico y en el comportamiento. En un trabajo publicado en 2012 en la revista “Brain, Behavior and Immunity”, los investigadores inyectaron la citoquina TGF-beta1 en un grupo de ratones jóvenes y comprobaron que, de adultos, “mostraban menor sociabilidad y una aumento en la expresión de comportamientos estereotipados y repetitivos”, explicó Depino.
Si esta relación se confirmara, podría alentar algún tipo de tratamiento o enfoque preventivo, agregó.
Pero se trata todavía de ensayos preliminares. El Doctor Claudio Waisburg, director médico del Departamento Infantojuvenil de INECO y el Instituto de Neurociencias de la Universidad Favaloro, señaló que el autismo sigue siendo un “gran enigma o laberinto”. “Aún no hallamos una única respuesta que nos conforme a padres, investigadores y profesionales”, destacó.
Fuente: Agencia CyTA-Instituto Leloir
www.agenciacyta.org.ar
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