El diseño ha sido creado gracias a un aporte de $100.000 dólares que NASA ha otorgado en Marzo del 2005 al NASA-North Dakota Space Grant Consortium (Consorcio Espacial de North Dakota).
“Un traje espacial es esencialmente una nave especial en miniatura”, dice de León, “tiene que ser suficientemente resistente para soportar condiciones muy duras, pero además permitir el movimiento con mínima restricción”.
De León, director del proyecto y diseñador principal del traje espacial explica que “los astronautas deben tener máxima movilidad mientras están usando el traje; sin este diseño de alta flexibilidad, la presurización podría hacerlo tan rígido como para no poder moverlo. Un traje presurizado se vuelve tan duro como un metal si no posee elementos que provean movilidad al astronauta”.
El nuevo traje espacial, que está hecho de varias capas de diferentes materiales, entre ellos fibras de Kevlar altamente resistentes y una membrana de tela ligeramente cubierta con un material compuesto, en un proceso desarrollado por de León y su equipo. Este traje espacial es muy liviano y ha sido diseñado específicamente para superficies planetarias.
“Con este traje estamos abriendo un nuevo campo de desarrollo en trajes espaciales planetarios y si continuamos en este camino estaremos listos cuando la NASA comience a planear en detalle las nuevas misiones a la Luna y a Marte”, dice de León, quién también formó parte, junto con un equipo de profesores y estudiantes argentinos de la Universidad del Comahue, del diseño y lanzamiento del satélite educativo argentino Pehuensat-1, puesto en órbita desde India el pasado 10 de Enero.