Con este aparato, dos jugadores podían moverse hacia atrás y adelante con el objetivo de pasar la pelotita para el otro lado. Sin embargo, la máquina no contaba los tantos.
Aquellos que visiten el laboratorio de Brookhaven el 24 de octubre, jornada en que se abrirá al público, podrán utilizar una réplica del juego y sentirse, literalmente, en los años ’50.