De acuerdo a Bill Cooke, jefe de la oficina de meteoritos de la NASA, el meteorito impactó contra el Mar de las Nubes (Mare Nubium) con una energía cinética equivalente a cuatro toneladas de TNT. Estudiando la duración del destello y su brillo, Cooke pudo determinar que el meteorito tenía 25 cm. de ancho y viajaba a una velocidad de unos 38 km/s.
Una roca de esas dimensiones nunca impactaría contra la Tierra por la protección que ofrece la atmósfera. Cooke explica que “se desintegraría en el aire creando una espectacular bola de fuego, pero nunca llegaría a crear un cráter”. Dado que la Luna no tiene atmósfera, su superficie está totalmente expuesta a los meteoritos.
Un programa de la NASA llamado “Visión para la Exploración Espacial” pretende enviar astronautas a la luna. Por esta razón, los astrónomos se han propuesto estudiar cuántos meteoros chocan contra el satélite por día para saber con seguridad si constituyen un peligro. Incluso plantean la posibilidad de construir equipos blindados que resistan los impactos.
Con un telescopio computarizado, los científicos monitorean los destellos de luz que se producen en la superficie lunar diez veces por mes. En breve sabrán si la Luna es un lugar seguro, si hay lluvias de meteoritos y si éstas constituyen un grave peligro para los futuros astronautas.