"Desde la ortodoxia económica y la heterodoxia conservadora suelen apuntar que una de las herencias que el kirchnerismo le dejaría al próximo gobierno es un tipo de cambio atrasado", sostiene el informe elaborado por los economistas Nicolás Bertholet. Emiliano Colombo y Alejandro Robba.
Ese pensamiento se fundamenta en que "el atraso cambiario sería el principal mal que aqueja a la economía" y que, por el contrario, si existe un tipo de cambio alto -devaluación mediante- esto permitirá que "las empresas locales ganen mercados externos y exportar más cantidades en base a precios más competitivos que los demás países".
Además, el tipo de cambio alto le aseguraría "al sector exportador grandes beneficios que lo incentivan a invertir más, al pagar poco a la mano de obra (salarios locales en dólares bajos) y tener altos ingresos en moneda local (muchos pesos por cada
dólar exportado)", sostiene el trabajo.
A lo que agregan que "cuánto más depreciado sea el tipo de cambio real, mayor es la diferencia entre los ingresos en moneda local vs. sus costos, lo que redunda en una gran ganancia empresaria por cada dólar que exporta".
En tanto -siempre según el pensamiento ortodoxo- "si los ingresos en moneda local quedan estancados o bajan (me pagan menos por cada dólar) y mis costos en moneda local suben (pago más salarios por paritarias anuales) entonces esta diferencia se achica, lo que en economía se denomina: apreciación del tipo de cambio real", lo que determinaría un menor nivel de exportación.
El informe de La Gran Makro cotejó el nivel de exportaciones argentinas y de los países vecinos de los últimos años a partir de las premisas de contar con un el "estímulo" de un tipo de cambio real depreciado o apreciado.
A renglón seguido, los economistas heterodoxos sostienen que "los datos empíricos parecen refutar tal don que se le atribuye al tipo de cambio depreciado (alto) para impulsar las exportaciones".
"En efecto, si dividimos los últimos seis años dos subperíodos: 2009-2011 y 2012-2014, podemos observar que las cosas no se dan como marcan los defensores del tipo de cambio real alto. Para el subperíodo 2009- 2011 observamos una política de apreciación real de la moneda de los países con un fuerte incremento de las exportaciones, en tanto que en los últimos tres años (2012-2014) las exportaciones se redujeron, mientras que el tipo de cambio real se deprecio", enfatizó el informe.
A modo de ejemplo cintan el caso de Brasil: "podemos ver que en el primer período existe una apreciación del Tipo de Cambio Real (TCR) del 19% y las exportaciones subieron un 29%. Contrariamente, en el período 2012-2014 el tipo de cambio real se depreció un 40% y las exportaciones cayeron un 12%".
En el caso de Perú, en tanto, en el primer período se registró "una apreciación del 9% del Tipo de Cambio Real con un incremento de las exportaciones del 49% acumulado y a partir del 2012 una depreciación real del 9% y las exportaciones cayeron un 15,2%".
Por su parte, en el caso de Chile en el primer periodo la moneda se apreció un 14% en términos reales y las exportaciones aumentaron un 26% y en el segundo se depreció un 20% y las exportaciones cayeron un 5%.
"Argentina no fue la excepción a la regla. En el período 2009-2011, la apreciación real fue de un 29% y las exportaciones se expandieron a un 20% acumulado. En cambio en el período 2012-14, el TCR se depreció un 3% y las exportaciones cayeron un 10%", sostiene el informe de La Gran Makro.
El trabajo sostiene que "la obsesión actual por la devaluación es la misma que existía en el período 2004-2008" y que incluso en ese lapso, caracterizado por un boom de las exportaciones, se dio "un proceso fuerte de apreciación nominal del tipo de cambio en Brasil, Chile y Perú".
A modo de respuesta a esta situación, sostuvieron que "una visión alternativa y, a nuestro entender correcta, pasaría por relacionar la caída de las exportaciones en los últimos años con dos procesos: la reducción del precio de nuestros principales productos y la contracción de la demanda mundial, en particular, el estancamiento de la economía brasilera, la recesión europea y la desaceleración de China y de otros emergentes".
Por el lado de los precios se observó una significativa caída durante 2014 (17,1% en dólares) explicado, fundamentalmente, por mermas en los precios de los productos del complejo sojero, del petróleo crudo y del maíz.
El informe sostiene que "uno de los desafíos de la economía argentina radica en incrementar las exportaciones, en particular de las de mayor valor agregado, pero no provendrán de mega devaluaciones".
A lo que agregaron que "lo que se necesita es una mayor competitividad de las empresas nacionales mediante una reducción en sus costos, por ejemplo los de transporte interno, un mejor y más barato acceso al mercado de crédito nacional y mayor dotación de capacidad humana capaz de inyectar innovación en los productos y procesos productivos".
En ese marco, el Estado debería seguir colaborando para ganar nuevos mercados externos y conducir la estrategia exportadora.
Por último, y a modo de conclusión, el informe de La Gran Makro sostuvo que de "lo que sí estamos seguros es que las devaluaciones que nos quieren imponer tienen un solo objetivo, destruir el salario real y disciplinar a la clase trabajadora con mayor desempleo".
Fuente: Télam
