El organismo oficial de estadística continúa ajustando los valores nominales de ventas de las grandes cadenas de supermercados y shoppings por una tasa de inflación que se ubica en la mitad de las mediciones privadas. De ese modo, potencia el crecimiento en moneda constante 10,6% y 20,4%, en cantidades, los cuales no se corresponden con un escenario de alta desconfianza de los consumidores y aumento de la inflación.
El cuadro cambia radicalmente si se deflactan las ventas por la tasa de inflación que calcula el consenso de las consultoras privadas y direcciones de estadística provincial, de 35,2 por ciento. Con esa variación del promedio de precios de la economía surgen sendos recesos de 7,8% y 4,3%, respectivamente, promedio por punto de venta. Se ubica en un punto intermedio en la retracción que registró el conjunto de la industria manufacturera.
Bien calculada la facturación se contrajo 7,3%, en promedio
Reducción del empleo
Cabe destacar que en los últimos doce meses el Indec amplió la muestra de la encuesta de supermercados de 1.924 a 2.075 establecimientos, lo que, naturalmente, contribuyó a elevar la facturación del conjunto.
Pero el promedio por boca de venta en moneda constante se contrajo en 7,8 por ciento. Esa caída luce compatible con la reducción de la cantidad de personal por local de 52,3 a 48,6 empleados en ese período. Y se sabe que en un contexto de supuesto crecimiento de la actividad comercial las empresas decidan semejante racionalización del recurso mano de obra.
Para el trimestre el Indec midió sendos aumentos nominales de las facturaciones de los supermercados y shoppings de 33,9% y 34,2%, respectivamente. En términos reales –esto es, ajustadas por las variaciones de precios y ampliación de la muestra relevada–, esas variaciones se transforman en sendas declinaciones en cantidades de 8,2% y 0,2%, en cada caso, con un promedio ponderado de 7,1% de caída
Fuente: infobae.com
