Las relaciones económicas desempeñarán un papel predominante durante las amplias discusiones que versarán desde cuestiones como el cambio climático o la lucha contra el terrorismo hasta los derechos humanos, pasando por el programa nuclear norcoreano y la no proliferación, informaron funcionarios estadounidenses a periodistas de cara a los encuentros, consigna la agencia DPA.
Estados Unidos se mostró preocupado por que China está siendo demasiado lenta en adaptar su economía hacia un mayor peso del sector servicios y una menor dependencia de la industria pesada y las exportaciones, mientras la crisis económica global provocó una merma del consumo.
"Vamos a hablar mucho sobre lo que China tiene que hacer para reestructurar su economía", dijo un funcionario. "Queremos asegurarnos de que China aprenda la lección apropiada" de la recesión global.
El presidente estadounidense, Barack Obama, intentó impulsar el diálogo con China mediante el Diálogo Económico y Estratégico.
La delegación estadounidense estará encabezada por la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, y el secretario del Tesoro, Timothy Geithner, que se reunirán a partir del lunes con el consejero de Estado chino, Dai Bingguo, y el viceprimer ministro Wang Qishan, que llegarán a Washington con sus propias preocupaciones.
China está disgustada por el disparado déficit presupuestario estadounidense, producido en parte por el masivo gasto de la administración Obama para impulsar la economía. Se espera que el déficit de Washington alcance 1,8 billones de dólares este año.
China tiene más reservas en dólares que ningún otro país del mundo y está preocupada por la seguridad de las mismas. El jefe de su banco central sugirió que el mundo debería apartarse del dólar y crear una divisa más global para sus reservas.
Obama insiste en que enfrentar el déficit presupuestario federal es una prioridad central y acusa en gran parte del mismo al aumento de los costes sanitarios. De ahí que se haya propuesto modernizar el sistema de salud estadounidense antes de final de año.
Al contrario que Estados Unidos, China ha aguantado relativamente bien durante la recesión. Pese a la ralentización del crecimiento, el Fondo Monetario Internacional (FMI) sigue predeciendo un crecimiento económico del país del 7,5 por ciento este año.
En el escenario internacional, China ha prestado dinero por primera vez al FMI para ayudar a otros gobiernos más afectados. Su banco central ofreció 95.000 millones de dólares en intercambios de divisa a seis países que tienen reservas en divisa china.
Los destinos de ambos países siguen estando muy unidos: Estados Unidos es el mayor mercado para Pekín y con los consumidores estadounidenses recortando el gasto, se vinieron abajo las exportaciones chinas.
Una cuestión altamente controvertida en al agenda será el cambio climático y los esfuerzos estadounidenses para persuadir a China para que tome medidas más fuertes para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y para que acceda a aprobar objetivos internacionales de recorte de emisioens.
Los dos países emiten casi la mitad de los gases que provocan el calentamiento global, pero permanecen cerrados sobre la disputa para limitar sus emisiones industriales.
Estados Unidos insistió en que llevar a China a bordo es esencial para combatir el calentamiento global, pero Pekín quiere que Washington adopte primero sus propias medidas de una forma más dura. Estados Unidos y China son claves para lograr un tratado climático global -sucesor del de Kioto- que los gobiernos esperan cerrar en una cumbre climática en diciembre en Copenhague.
China está cada vez más preocupado por el cambio climático en los últimos años, pero argumenta que las naciones ricas tuvieron más responsabilidad histórica en el calentamiento climático. Obama intentó ya endurecer la política climática estadounidense desde que llegó al cargo en enero.
Funcionarios estadounidenses reconocen que la cuestión sigue siendo problemática en las relaciones bilaterales con China, pero se muestran optimistas en que podría servir como piedra angular de un futuro diálogo.
Por otro lado, Estados Unidos saludó la voluntad de China de adoptar una posición más dura hacia Corea del Norte desde las pruebas de misiles de Pyongyang y una detonación nuclear este año. Con el respaldo chino, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó las sanciones más duras contra el estado comunista.
Con su homólogo chino, Clinton explorará vías para persuadir a Corea del Norte de que regrese a las negociaciones a seis bandas que abandonó el año pasado. Ya desde Tailandia esta semana, la secretaria de Estado intentó aumentar la presión a Corea del Norte para volver a las negociaciones para poner fin a su progrma nuclear.
Clinton dijo que con la posición china sobre Corea del Norte, al régimen le queda poco espacio para maniobrar. "Ya no le quedan amigos que le protejan de los esfuerzos internacionales para avanzar en su desnuclearización", alegó. (Telam)
