El nuevo paquete de medidas "de austeridad que la UE reclama a cambio de nuevas ayudas financieras", tal como indica hoy un cable de la agencia de noticias EFE, está trabado porque la decisión del jefe de Gobierno conservador "es someter a votación parlamentaria todas las medidas".
La semana pasada hubo un principio de acuerdo sobre algunas disposiciones que, según la UE, permitiría que el Estado griego "ahorrara unos 13.500 millones de euros".
Esta suma se obtendría con recortes del gasto público en salarios y suba de impuestos así como otros cambios radicales en el mercado de trabajo, destinadas a la "flexibilización de las contrataciones y los despidos".
La troika quiere la ampliación de la semana laboral de cinco a seis días, reducir las indemnizaciones y el tiempo de notificación por despido.
Mientras tanto, Grecia espera un nuevo préstamo acordado con la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Sin embargo, los dos partidos progresistas que sustentan al gobierno se niegan a apoyar esta reforma, al considerar que cuanto más ajuste se implemente, más se enfriará la economía y peor será el resultado.
"Nosotros no votaremos a favor del paquete si se incluyen las reformas laborales tal y como están propuestas actualmente. Se debe seguir negociando", explicó una fuente cercana al líder del partido socialista Pasok, Evangelos Venizelos.
Con sus 33 diputados, el Pasok es indispensable para que el Ejecutivo tenga una mayoría en el Parlamento.
Fuente: Télam