De acuerdo con esas proyecciones de la Universidad Católica, realizadas sobre la base de una canasta de precios muy superior a la que informa el INDEC, el 29,6 por ciento de la población era pobre a fines del 2010, y de ese total el 10,9 era indigente.
"Si bien la indigencia y la pobreza se reducen entre 2006 y 2007, a partir del 2007 se incrementa la proporción de personas que no logran cumplir las necesidades mínimas de consumo, como consecuencia tanto del proceso inflacionario como de la desaceleración en el ritmo de crecimiento económico y en la generación de puestos de trabajo", sostiene el trabajo.
Entre 2009 y 2010, la indigencia y la pobreza no habrían experimentado cambios significativos, o incluso se habrían incrementado ligeramente si se emplea -para su estimación una valoración de precios más realista.
Según datos anuales de la Encuesta de la Deuda Social Argentina, realizada por última vez en el cuarto trimestre de 2010, las tasas de indigencia y de pobreza "sólo se habrían reducido de manera significativa si se acepta que el precio de una canasta básica alimentaria per cápita, a pesos de diciembre de 2010, es de 186 pesos por mes tal como informa el INDEC".
Pero el resultado "es otro cuando se estima un valor más realista para esa canasta (entre $ 310 y $ 344)", explica el estudio. En estos casos, la situación social sólo podría haber mejorado con respecto a la crisis de 2009, pero no en comparación con 2007. (El Tribuno Jujuy)