Con esta situación, el consumo de carne comenzó a decaer y a su vez surgieron alimentos alternativos, pero al parecer, los santiagueños puedan estar muy poco tiempo sin consumir carne.
Desde el comercio aseguran que la baja en el consumo fue de un veinte por ciento, pero por esta razón el precio de la carne disminuyó en un treinta por ciento.
“La carne bajó, pero no tanto -dijo un comerciante- casualmente ahora nos estamos manejando con los precios de los meses de noviembre o diciembre, hemos conseguido buenos precios y por eso le queremos dar un alivio a la gente”.
En relación a los cortes que más salen, se supo que el asado y las carnes blandas tuvieron un repunte en las ventas. Algunos compran para el día y otros para la semana, pero la venta quiere repuntar de a poco.
“Se está normalizando esta situación, porque las alternativas que buscaron no funcionarios y además ahora no hay otro alimento en carnes más barato. Como ser, la carne de pollo ahora se paró la venta”, apuntó el comerciante.
Fuente: Diario Panorama