Los operadores en Wall Street arrancaron la jornada con fuertes pérdidas que se mantuvieron durante el resto del día en medio de la incertidumbre en los mercados por el aplazamiento de las subida de los tipos de interés.
La Fed justificó ayer que las dudas sobre la economía en China y la baja inflación en EEUU no permiten todavía iniciar el ajuste monetario, lo que devolvió incertidumbre a los mercados.
Wall Street se sumó así al pesimismo de sus colegas al otro lado del Atlántico, donde las principales plazas financieras también cerraron con fuertes pérdidas: Frankfurt cayó un 3,06 %, París un 2,56 % y Londres un 1,34 %.
En Asia, el índice Nikkei se plegó al pesimismo global con una caída de 1.96 % hasta posicionarse en 18,070.21 unidades, mientras que la bolsa de Shanghai avanzó 0,38% y cerró en 3,097.92 puntos.
El sector energético lideró las pérdidas en Nueva York, con una contundente caída del 2,76 % en su conjunto, arrastrado por un nuevo descenso del precio del petróleo en los mercados internacionales a causa de la preocupación por la débil recuperación de la economía mundial.
El petróleo intermedio de Texas (WTI) cayó hoy un 4,73 % y cerró en 44,68 dólares, mientras que el barril de crudo Brent para entrega en noviembre cerró en el mercado de futuros de Londres en 47,59 dólares, un 3,25 % menos que al cierre de la sesión anterior.
El petróleo de referencia en Estados Unidos cerró así una semana de gran volatilidad en la que llegó a registrar el miércoles su mayor subida del año aunque terminó con un leve ascenso del 0,22 % en los últimos cinco días.
Por su parte, el precio del petróleo europeo cerró la semana a la baja ante los renovados temores sobre la evolución de la economía global tras la decisión de Estados Unidos de posponer una subida de sus tipos de interés.
La presidenta de la Reserva Federal, Janet Yellen, afirmó ayer que "la situación en el exterior aconseja una vigilancia estrecha" y manifestó su "preocupación" sobre la ralentización económica en China, que podría ser mayor de la esperada por el ajuste de su modelo económico, y la "capacidad" las autoridades para manejarlo.
Además, reconoció que las "exportaciones netas habían supuesto un freno" a la actividad económica en EEUU como reflejo a la apreciación del dólar en los últimos meses, y agregó que los "factores transitorios" que se encuentran detrás de la baja inflación "todavía tardarán un tiempo para desaparecer totalmente".
No obstante, señaló que, dada la progresiva mejoría en el mercado laboral de EEUU, cerca del pleno empleo con una tasa de desempleo del 5,1 %, es de esperar que aparezcan presiones inflacionarias al alza, por ejemplo sobre los salarios.
Además, subrayó que la Fed no puede responder a "las oscilaciones" del mercado, pero sí debería prestar atención a los elementos que los estaban causando, al conceder que el contexto financiero global se había "tensado" en los últimos meses.
Fuente: Télam