El mandatario pidió al congreso un último esfuerzo por sacar adelante un acuerdo entre demócratas y republicanos, y evitar que a partir de esta medianoche caigan los vencimientos y entre en vigencia el denominado "abismo fiscal".
"Parece que un acuerdo para prevenir la suba de impuestos en el año nuevo está a la vista pero no es un hecho aún", señaló Obama desde la Casa Blanca, al tiempo que agregó que "aún hay asuntos sin resolver".
Las intensas negociaciones que vienen llevando hace días los miembros de ambas cámaras están trabadas en puntos clave, como las exenciones impositivas para la clase media, los impuestos estatales y los cortes de gastos por cerca de 110.000 millones de dólares que entrarían en efecto a partir de este martes.
En las últimas horas, surgió un avance en las negociaciones respecto a que el acuerdo extendería los recortes de impuestos de la era del presidente George W. Bush para individuos que perciben hasta 400.000 dólares anuales y para familias con ingresos hasta 450.000 dólares, según indicó el diario especializado The Hill.
En un inicio, el tope propuesto por Obama había sido de 250.000 dólares, aunque días después flexibilizó su postura al ampliar el umbral hasta 400.000 dólares.
De no surgir una decisión consensuada antes de mañana, martes, la suba simultánea de impuestos a partir del 2013 significaría cerca de 600.000 millones de dólares, afectando a la mayoría de los estadounidenses y por lo tanto a la economía del país.
"Prevenir el alza de impuestos a la clase media ha sido mi mayor prioridad", dijo Obama, en referencia al grupo de personas de clase media que escuchaban parados por detrás del mandatario.
De no lograr ese cometido, explicó el líder de la Casa Blanca, cada uno de ellos deberá enfrentar un pago extra de 2.200 dólares en el nuevo año.
Por otro lado, los recortes de gastos que los demócratas buscan atrasar para que no entren en efecto el 1 de enero, implicarían cerca de 100.000 millones de dólares, siendo el Departamento de Defensa uno de los principales damnificados, entre otras agencias federales.
Ante la inminencia del "abismo fiscal", el líder de la minoría republicana en el senado, Mitch McConnell, jugó una útlima carta y acudió el domingo al vice presidente Joe Biden junto a quien trabajó en acuerdos bipartisanos cuando el segundo en la Casa Blanca era senador.
Ambos políticos, están discutiendo ahora las conversaciones a contrarreloj. En su discurso, Obama buscó ejercer presión a los senadores y legisladores para alcanar un pronto acuerdo.
Comentó con ironía que su "preferencia hubiese sido resolver todos estos problemas en un contexto de mayor acuerdo, pero con este congreso eso era algo obviamente demasiado para esperar en este momento".
Asimismo, confirmó que la iniciativa propuesta por la Casa Blanca incluye que el "dos por ciento más rico" del país pague mayores cargas impositivas, así como la extensión del seguro de desempleo para millones de estadounidenses.
Entre las peleas de poder en Washington por quien gana más o pierde menos políticamente, Obama es quien recibe el mayor apoyo por parte de la población respecto al manejo del "abismo fiscal".
Una reciente encuesta reveló que el 48 por ciento de la gente considera que el actual mandatario es quien mejor maneja las negociaciones, comparado con el resto de los líderes demócratas y republicanos en el congreso.
Fuente: Télam