El valor de 1,25 surgió de una ardua serie de encuentros entre los funcionarios provinciales y los empresarios de transporte, ya que debió buscarse un equilibrio entre las exigencias de quienes explotan las líneas urbanas y las posibilidades económicas de la gente.
El Gobierno jugó un rol decisivo porque, para amortiguar el impacto del precio, debía asimilar parte del aumento. Los empresarios hicieron una evaluación de insumos y gastos que, según sus cálculos, requerían elevar el valor del pasaje a 1,80 pesos, cifra que causaría desastres en los presupuestos de quienes deben viajar regularmente en colectivo.
El argumento expuesto fue que con los ingresos actuales se hace imposible ofrecer un servicio digno, y a la vez se torna complejo el pago de sueldos a choferes y otros trabajadores.
Cuando el Gobierno se comprometió a absorber buena parte del gasto, se estableció que el boleto costara 1,15 pesos, pero allí surgió otro inconveniente, en este caso funcional, ya que la escasez de monedas era garantía de conflicto.
La necesidad de contar con monedas de 5 centavos, y las enormes dificultades que esto generaría tanto para pagar como para otorgar el vuelto, llevaron a descartar el precio, y llevarlo a 1,25, ya que las monedas de 25 centavos, aunque son insuficientes, pueden hallarse con más facilidad que las "pequeñas".
En el Valle Central de Catamarca viajan en colectivo más de 40.000 personas por día, número que confirma la vital importancia del transporte público en la vida de la comunidad. Actualmente, se advierte una deficiencia clara en las frecuencias, agravada por la expansión demográfica y la inauguración de nuevos barrios, que requieren de un mejor servicio.
En horarios pico, como el de ingreso y egreso de las escuelas, los usuarios deben viajar cada vez con mayor antelación, ya que hacerlo con pocos minutos los lleva a llegar tarde, simplemente porque todos los colectivos pasan repletos y ya no levantan pasajeros. En ese marco, las quejas y reclamos son frecuentes, tanto por las prolongadas esperas como por las malas condiciones en que se viaja.
Por otra parte, las empresas aducen que no pueden renovar sus unidades, porque un colectivo nuevo cuesta alrededor de 250.000 pesos, y si se internan en inversiones de ese tipo sufrirían severas pérdidas.
Todos los aspectos del problema fueron evaluados, y en la última reunión que mantuvo el director de Transporte de la provincia, Carlos Regalado y el ministro de Obras y Servicios Públicas, Juan Acuña, se estableció que el boleto urbano de pasajeros aumente su valor en 15 días, a través de un decreto que firmará el gobernador Eduardo Brizuela del Moral.
Como el valor del boleto no alcanzará el nivel exigido por los empresarios, el Gobierno subsidiará un porcentaje del monto en favor de las empresas. A cambio, las firmas de transporte tendrán que cumplir con al menos dos requisitos: renovar parcialmente el parque automotor y realizar estrictamente los pagos.