Asimismo, explicó que "los márgenes del río La Troya son muy importante, ya que se trata de un sitio multicomponente porque hay evidencia de distintos momentos del proceso cultural prehispánico, desde el periodo temprano hasta el contacto hispano indígena, pero sobre todo por la ocupación incaica y que motivó que se declarara monumento histórico nacional".
En consecuencia, el funcionario aseguró que la empresa constructora encargada de la obra contrato a un arqueólogo para que realizara este estudio en un tramo de ocho kilómetros, donde se recuperaron diferentes materiales puntuales ante el movimiento que las máquinas efectuaban cuando realizaban los trabajos. "Allí, se
recuperaron cerca de 40.000 fragmentos de material cerámico con un valor cultural y científico importante y que fueron enterrados en espacios acondicionados y sin evidencia a la vista común", agregó, al tiempo que aseguró que este trabajo preventivo no tiene antecedentes en este país.