Este viraje de última hora demuestra que la situación financiera de Chipre dista de estar encaminada, tal como se esforzaban por demostrar el gobierno de la isla y la Unión Europea (UE) que anoche alcanzaron un acuerdo in extremis para hacer frente a la crisis financiera chipriota.
Había sido el propio presidente de Chipre, Nikos Anastasiadis, quien anunció esta tarde que, a excepción de los dos mayores del país, las entidades financieras iban a reabrir sus puertas este martes, manteniendo restricciones en la operativa financiera.
"El Banco Central de Chipre, aplicando las leyes que ha votado el Parlamento, impondrá algunas restricciones a las transacciones. Es una medida provisional que progresivamente se irá levantando", dijo Anastasiadis en un discurso televisado.
De esta manera, el jefe del Ejecutivo chipriota contradijo a algunas informaciones suministradas por las entidades financieras y había dejado en claro que la normalización del sistema bancario está lejos de haber concluido, dijo hoy la agencia de noticias EFE.
Por su parte, el Banco Central de Chipre había anunciado en un comunicado que las entidades "operarán mañana (martes) normalmente durante sus horas de trabajo habituales", si bien precisó que los dos más grandes, el Banco de Chipre y Banco Popular (Laiki Bank) deberán esperar hasta el jueves para su reapertura "para poder finalizar los aspectos operativos de su fusión".
Todo esto significa que el levantamiento del "corralito" no se procesará de inmediato, quedando en un cuadro confuso los plazos de vigencia de las restricciones para el retiro de efectivo y, asimismo, muy poco claro aún cuáles serán las limitaciones al giro de capitales al exterior.
Según el acuerdo alcanzado en la madrugada por el Eurogrupo, el Banco Popular -intervenido por el Estado desde el pasado año- será dividido en un banco bueno y otro malo.
La parte sana en activos y con los depósitos inferiores a 100.000 euros -además de una deuda de 9.000 millones de euros al Banco Central Europeo (BCE)- serán asumidos por el Banco de Chipre.
El resto -préstamos morosos, depósitos superiores a 100.000 euros, paquetes accionariales y de bonos- pasarán al banco malo, que será liquidado.
El Estado espera que tan sólo de esta operación de reestructuración bancaria se puedan aportar 4.200 millones de euros del total de 5.800 millones que se ha comprometido a reunir procedente del sector financiero, a cambio de un rescate de 10.000 millones de euros.
En su comunicado, el Banco Central sostuvo que la operación de reestructuración "posibilitará la creación de un banco sano y resistente, capaz de atender las necesidades de sus clientes y, más adelante, respaldar la economía de Chipre".
Por su parte, el BCE aseguró que garantizará la provisión urgente de liquidez solicitada por el Banco de Chipre.
Con todo, hasta que las dos principales instituciones financieras del país reabran sus puertas, éstas mantendrán las restricciones de retirada de efectivo en los cajeros automáticos en 120 euros el Banco de Chipre y en 100 euros el Popular.
El nuevo periodo se abre lleno de incertidumbres para los chipriotas, que reconocen que su economía basada en el sector financiero ha llegado a su fin, tal y como reconocía recientemente un diario local, según el cual la troika (Comisión Europea, BCE y Fondo Monetario Internacional) ha acabado con el "oportunista modelo económico" de la isla.
Fuente: Télam