a quienes les pidió que recen para que el Señor ponga luz ante sus reclamos, porque la oración es poderosa, y los instó a que sean responsables de sus acciones, de tal manera que se arribe a una solución en forma mancomunada.
Luego siguió viaje hasta Bajo Hondo donde fue recibido en el ingreso al poblado por los vecinos, los niños que concurren a la escuela municipal N° 4 María Elena Walsh, sus docentes y catequistas, quienes confeccionaron pancartas y banderitas para darle una alegre bienvenida. Desde ese punto, todos juntos se desplazaron caminando y cantando por el pedregoso camino de tierra hasta llegar al oratorio, cedido en el 2007 para el funcionamiento de la escuelita, a la que concurren nueve niños de jardín de infantes y del Nivel Primario, provenientes de la propia comunidad de Bajo Hondo como también de la localidad de Agua Colorada, perteneciente al departamento Valle Viejo. En este lugar, los chicos también participan de los encuentros de catequesis, que los prepara para recibir los sacramentos de la Comunión y la Confirmación.
En el predio, donde encuentran también emplazadas dos grutas, una en honor a Nuestra Señora del Valle, y la otra al Sagrado Corazón de Jesús, cuya imagen fue restaurada y bendecida en esta ocasión, el Señor Obispo mantuvo un encuentro con los miembros de las 20 familias que componen la comunidad, con quienes compartió las riquezas de la fe, además de un mate con pan casero.
Las maestras Alba Morales y Claudia Martínez oficiaron de anfitrionas junto con las mamás, acompañadas por los catequistas, para vivir una tarde de cercanía con el Pastor Diocesano.
En la Escuela para Adultos N° 37
Previo a su visita a Bajo Hondo, Mons. Luis Urbanc visitó la Escuela para Adultos N° 37, que funciona en el predio de la parroquia del Sagrado Corazón de Jesús, donde recibió el saludo de los alumnos, docentes y la directora Alejandra Gáname.
En la oportunidad, la comunidad educativa preparó una larga mesa para invitar una merienda y dialogar en forma amena con el ilustre visitante.
Antes de la despedida, el Obispo y todos los presentes se consagraron a la Virgen María.