Las 369 amarras del puerto disponibles para yates, veleros y lanchas están ocupadas por embarcaciones que van desde los US$ 30.000 hasta los US$ 2 millones, pero el "Custom 3" es el barco más grande y lujoso que ancló esta temporada.
Los datos son publicados por el portal del diario uruguayo El País, quien habló con fuentes vinculadas a la terminal marítima. Tan así es que pasear por los muelles del puerto y admirar los deslumbrantes yates es una de las atracciones de turistas locales y extranjeros.
Hay para todos los gustos y de todos los estilos. Es frecuente, además, que cada yate tenga al costado motos de agua o lanchas , simplemente como un "accesorio" más.
El 80% cuenta con su propia tripulación, que puede llegar a incluir hasta seis integrantes en el caso de los barcos más grandes. La mayoría de las embarcaciones son de bandera argentina, aunque también hay estadounidenses, brasileños y uruguayos.
De hecho, una familia argentina tiene siete yates amarrados. Neptuno, Black Beauty, Minerva, Cristina, Argos, Isis y Venus son los nombres de las naves que valen más de US$ 1.000.000 cada una, dijeron los informantes. Su dueño es un longevo empresario argentino del ramo del azúcar, que además es el mejor cliente para el puerto porque deja sus embarcaciones todo el año.
Sin embargo, la mayoría llegan especialmente para la temporada en los últimos días de diciembre. El costo por dejar estos lujosos aparatos en el muelle o borneo (atraque a boya) depende de la eslora del barco.
En temporada alta, por ejemplo, un yate de 10 metros de eslora paga $ 301 (pesos argentinos) por día en el muelle y $ 150 en borneo, mientras uno de 25 metros debe abonar $ 754 diarios en el muelle y $ 377 en el borneo. El barco más grande que tiene actualmente el puerto es el Custom 3 con 27 metros de eslora. Paga $ 814 por día por su lugar en el muelle principal.
En el puerto las embarcaciones acceden a los diferentes servicios públicos de agua, energía eléctrica y telefonía. La tarifa del teléfono es un 25% más cara que la de Antel, la empresa estatal de telecomunicaciones del Uruguay.
Si bien el uso más común que se le da a los yates está en salir a navegar los días de buen clima, organizar alguna reunión entre amigos o familiares, hay propietarios que también se quedan a dormir a bordo, en los lujosos y amplios camarotes con baños en suite .
Una estación ubicada sobre el final de la marina 2 es la que provee de combustible a estos armatostes acuáticos. Por día la estación vende un promedio de 12 mil litros de combustible, en temporada alta, dijeron en ese local. Los yates de más de 15 metros de eslora precisan entre 5.000 y 6.000 litros de combustible para llenar el tanque y los más pequeños entre 500 y 600.
Los 6.000 litros de gasoil especial cuestan $ 41.880 mientras que la misma cantidad de gasoil común tiene un precio de $ 33.360. El gasto que realiza cada embarcación para ir a la Isla Gorriti, por ejemplo, depende no solo del tamaño del barco sino también de las revoluciones de navegación.
"En diciembre quedemos con el 100% de ocupación. A veces empezamos la temporada con 98% porque la reglamentación permite que si alguna embarcación tiene problemas para venir y lo notifica se le transfiere la reserva para el próximo año. Este verano lo hicimos con 16 yates", comentó Ferreira.
Lucirse, disfrutar y celebrar
Néstor es argentino y uno de los cuatro tripulantes de uno de los yates más lujosos del puerto esteño. Llegó a Punta el 16 de diciembre y se quedará hasta fin de mes. El marinero comentó a El País que el barco tiene cuatro camarotes en suite, cocina, comedor y living. "Acá vienen ricos y famosos con sus barcos porque es un punto de encuentro y además para caretear. Hay gente que trae el barco y se va. Lo deja acá para que sus conocidos no piensen que le está yendo mal en los negocios", comentó Néstor.
Enrique también es argentino y tiene su embarcación, Carevalle, amarrada en el puerto. Todos los años a fines de diciembre cruza el Río de la Plata junto a uno de sus hijos y sus diez nietos. Él duerme en su casa, a pocos metros del faro, pero los más jóvenes pasan la noche en el yate. "Me dicen que es divino por la tranquilidad pero yo sé que es por la joda que hacen acá", dice en tono cómplice. Según Enrique él conoció todas las embarcaciones del puerto esteño porque veranea en Uruguay desde hace 40 años. "Empecé con barcos chiquitos y ahora tengo este desde hace 11 años. Lo único que no me gusta es el nombre y no lo puedo cambiar, porque en la jerga náutica dicen que es mala suerte".
Fuente: Minutouno.com
