"Creo importantísimo que los artistas den su propio testimonio sobre su experiencia. La tendencia del artista es ser cada vez más consciente de lo que hace. Es más fácil penetrar su pensamiento cuando deja un testimonio verbal de su proceso creador", en palabras de Oiticica.
Muy influenciado por las ideas de su abuelo, el militante anarquista José Oiticica, Hélio estudió en el Museo de Arte Moderno de Río de Janeiro, su ciudad natal, donde fue discípulo del artista plástico Ivan Serpa, junto a Lygia Clark y Franz Eissmann, con quienes fundó el grupo Frente (1954-56).
En 1959, comenzó a integrar el Grupo Neoconcreto: abandonó los trabajos bidimensionales y creó "relieves espaciales", "estandartes, tiendas" y "Penetrables".
En la exposición "Opinión 65", invitó a la comparsa de la Mangueira (todos habitantes de la favela), a irrumpir en el Museo de Arte Moderno de Río, "para rubor y escándalo de los asistentes".
"Fue la primera vez que el pueblo entró en el museo", recordaría el pintor y escultor Rubens Gerchman, para agregar: "Nadie sabía si Oiticica era un genio o un loco, pero lo vi y quedé maravillado".
Luego, el carioca participó en la muestra "Nueva Objetividad Brasileña", donde presentó la manifestación ambiental "Tropicália" (1967), suerte de laberintos sin techo que remitían a la arquitectura de las favelas con una televisión en su interior, siempre conectada.
Después de que el compositor Caetano Veloso utilizara el término tropicalía para dar título a una de sus canciones, se instaló el fenómeno de la música popular brasileña que se conoció como Tropicalismo.
El álbum colectivo "Tropicália ou Panis et Circensis" puede considerarse el manifiesto de este movimiento y sus representantes más significativos, Caetano Veloso, Gilberto Gil, Gal Costa, Os Mutantes, Tom Zé, así como los poetas Torquato Neto y José Capinan.
Pero rápidamente Tropicália -un movimiento innovador y contestatario- se transformó en un producto comercial; por ello Hélio lo abandonó y en 1970 se fue a Estados Unidos, becado por la Fundación Guggenheim, donde continuó con su búsqueda, esta vez en el campo del cine experimental.
La instalación creada por Oiticica, "Tropicalia", es la "primerísima tentativa consciente de imponer una imagen obviamente ´brasileña´ al contexto actual de las vanguardias", en palabras de Teresa Arijón, a cargo de la selección, y traducción de Bárbara Belloc.
"Sea marginal - sea héroe" y "experimentar lo experimental", fueron los dos principales lemas de este artista que marcó a fuego a sus contemporáneos, considerado radical, anárquico, exhaustivo, apasionado y fuertemente experimental.
Helio regresó a Brasil en 1977 pero joven, el 15 de marzo de 1980, murió de un ataque cerebral.
En 1996 se creó en Río de Janeiro el Centro de Arte Hélio Oiticica en su memoria y en 2007, la galería Tate Modern en Londres y el Museo de Bellas Artes en Houston expusieron importantes exhibiciones de su trabajo.
El libro, editado por Editorial Manantial, se enmarca en la colección Nomadismos, que se propone divulgar el pensamiento y la escritura, hasta ahora inéditos en nuestro país, de los más notables artistas de la vanguardia brasileña.
Fuente: Télam
