El representante del Ministerio Público se mostró "conforme" con la sentencia, ya que la pena impuesta por los jueces Ariel González Elicabe, Margarita Allaza y Rubén Sánchez coincidió con la que había solicitado durante su alegato.
En tanto, aunque no se leyeron los fundamentos del fallo, el tribunal descartó el pedido de absolución de la defensa del imputado por el beneficio de la duda.
El hecho ventilado en el debate ocurrió el 8 de julio de 2003 en el estudio jurídico del abogado Guillermo Bacquet, situado en Irala al 1400 de Quilmes, en la zona sur del conurbano bonaerense.
En momentos en que Bacquet, abogado del Servicio Penitenciario Bonaerense, estaba reunido en su oficina con el policía Juan Marcelo Rodríguez, quien estaba vestido de civil, tres delincuentes armados y encapuchados asaltaron a Benítez en la habitación contigua.
Al escuchar los gritos de la mujer, el letrado y el efectivo salieron en defensa de la secretaria con sus pistolas 9 milímetros reglamentarias.
Ante esa situación, se originó un primer tiroteo en el que Benítez cayó muerta de un tiro en el pecho, al igual que dos de los asaltantes.
El tercero salió a la vereda, hasta donde lo persiguieron Bacquet y Rodríguez, por lo que se produjo un segundo enfrentamiento armado, en el que los tres resultaron heridos de bala.
Según las fuentes, a pesar de las lesiones, el delincuente baleado alcanzó a escapar, mientras que el abogado y el policía fueron internados.
Luego del hecho, en el que hubo más de 20 disparos, los investigadores buscaron al prófugo por distintos hospitales de la zona hasta que localizaron a López en uno de la vecina localidad de Florencio Varela.
Si bien en un primer momento el sospechoso dijo haber sido baleado cuando le robaron, el ADN hallado en un rastro de sangre levantado del estudio jurídico coincidió con su perfil genético.
En tanto, durante el juicio quedó acreditado, a través de los peritajes balísticos, que Benítez fue asesinado de un disparo efectuado con un revólver, tipo de arma usada sólo por los delincuentes.
Por otro lado, después se descubrió que el policía Rodríguez estaba imputado por el "homicidio preterintencional" de un detenido de la comisaría de Florencio Varela donde trabajaba, por lo que sospecharon que el hecho del estudio no había sido un robo, sino un ajuste de cuentas o una venganza.
Sin embargo, el fiscal que investigó el tiroteo, Pablo Pérez Marcote, y su colega Gutiérrez, concluyeron que se trató de un intento de robo por el cual Rodríguez está procesado con prisión preventiva por la muerte del preso.
Durante el debate, López aseguró ser inocente al explicar que él, como remisero, había llevado a los otros dos hombres, sin saber que eran ladrones y que bajó al lugar del hecho para cobrar el viaje.
Pero para la fiscalía, la versión de López era completamente falsa y, además, opuesta a la que brindó en su primera indagatoria, cuando dijo que poco antes del crimen le habían robado el auto con el que trabajaba como remisero.
Fuente/ 26noticias.com.ar
