“Mucho se ha hablado y discutido sobre la deforestación y el impacto negativo que se viene dando desde antaño en las áreas geográficas circundantes al Salar del Pipanaco”, menciona Agüirre al fundar su proyecto. Agrega que“este impacto ambiental negativo es producto de cambios climáticos y una paupérrima calidad del aire ambiente, que en definitiva afecta la salud de las poblaciones de los departamentos Pomán, Andalgalá y Belén”
{adr}Advierte que“si a esta situación le sumamos la actividad agraria producida por los emprendimientos olivícolas y citrícolas que se insertaron a la vera del Salar, tenemos un claro impacto ambiental negativo potenciado desde muchos años atrás producto de la explotación de madera de algarrobo de la zona”
El legislador deja en claro estar de acuerdo con la explotación de los recursos naturales“para poner a la naturaleza al servicio del hombre y traducirlo en mejorar su calidad de vida y bienestar”, pero no comparte que estas actividades se desarrollen de una manera irresponsable“ya que esto no es desarrollo sustentable, porque produce un duro daño actual y un incalculable perjuicio para las generaciones futuras”
Comentó que durante sus constantes viajes a Andalgalá, ha podido observar a menudo camiones de distintas taras“cargados con vigas de algarrobo, si podemos a éstas llamarlas vigas de algarrobo, ya que las mismas en la mayoría de los casos no llegan a tener ni siquiera cincuenta centímetros de diámetro y en algunos casos podemos ver que no llegan ni siquiera a tener treinta centímetros”