Alumnos sin ganas de aprender y docentes sin pasión por enseñar: síntesis de la crisis educativa

(DIARIOC, 05/12/2010) A fin de año aumenta el padecimiento de muchos padres con hijos en edad escolar que se llevan muchas materias, generando problemas económicos por los altos costos que implica la apoyatura particular y por las complicaciones causadas durante las vacaciones.

Investigaciones indican que en los últimos años ha aumentado el número de alumnos que rinden deficientemente en los niveles primario y secundario.

Al respecto, la psicopedagoga Liliana González opinó que "siempre es preferible la apoyatura escolar antes que una madre en estado de cólera".

"El uso y abuso de las maestras particulares tiene que ver con la crisis de la educación. Esto no es un problema del escolar, sino que hay muchos factores. Sería interesante que los padres se ocupen de analizar a ese ´´buscador de fracasos´´, como defino a un chico que se lleva muchas materias", sostuvo.

"El primer año de la secundaria es tremendo, por el paso de niveles. Hay que apoyarlos a los chicos. Aquel que se lleva más de cuatro materias, muchos entre ocho y nueve, debería recursar el año porque no aprendió nada. Es realmente una mancha en el sistema educativo", consideró.

González añadió que "no es cierto que los chicos sean ahora más inteligentes que antes. No hay modo de medirlo. Parecen más despiertos y estimulados. Los chicos de esta generación, están fascinados con las pantallas y los juegos digitales, tienen mucha pobreza en el pensamiento simbólico. Y ese es el que deben usar en la escuela".

"Un chico que se lleva diez materias no las puede aprobar en diciembre. Todo el sistema tiene que cambiar. Tiene que hacer el curso de nuevo. Si padece problemas de aprendizaje, hay que darle ayuda", manifestó.

"No sirve castigarlo negándole la posibilidad de que vaya de vacaciones, porque es un momento clave para que la familia de conozca. Repetir un grado o un año no es una tragedia, sino una segunda oportunidad", expresó la profesional.

Por último, González planteó que "el secreto del proceso de aprendizaje no pasa por el método sino por la pérdida de las ganas de aprender de los alumnos y de la pasión de enseñar de los docentes".