El acto se convirtió en una verdadera fiesta para la comunidad de Bajo Hondo. Los vecinos, emocionados, mostraron su agradecimiento al jefe comunal por su interés en extender la red educacional a éste sector “hasta éste momento olvidado por todos”, como expresó una vecina del lugar, Ignacia Fernández.
Todo comenzó en 2006, cuando la municipalidad decidió llevar el Programa de Alfabetización “Yo, si puedo” al lugar, ocupando la sede de la parroquia Sagrado Corazón de Jesús, con excelentes resultados. La primera acción del grupo alfabetizado fue enviar una carta al intendente contándole algunos problemas del lugar y pidiéndole la creación de una escuela para los chicos que a veces debían recorrer más de cinco kilómetros por caminos precarios hasta la escuela más próxima en Aguas Coloradas, Valle Viejo.
Conmovido por la situación, y fiel a la impronta educativa de su gestión, Guzmán decidió agilizar el trámite creando el anexo que, a partir de hoy funciona ya como un nuevo espacio de extensión del SEM. De ésta manera se firmó un convenio con la parroquia de Bajo Hondo, representada por el padre Gerardo Denett, mediante el cual la iglesia permite que en la sede de la capilla funcione el mencionado anexo.
La comuna dotó entonces de infraestructura nueva, adecuada a la función que va a cumplir de ahora en más la capilla, y preparada para contener a los más de veinte chicos de nivel inicial y EGB 1, 2 y 3 que van a concurrir a clases.
Bajo Hondo es un paraje habitado por alrededor de doce familias, quienes a partir de ahora, con el puntapié comunal, contarán poco a poco con espacios de contención e integración, ya que tal como afirmó Acevedo “se van a desarrollar programas de salud, deportes y el Pro Huerta, que ayuden al desarrollo social de los pobladores”.
Las autoridades entregaron útiles escolares y guardapolvos a los niños, material didáctico para los docentes y elementos de primeros auxilios y ventiladores para el trabajo en el salón de clases.
Al término del acto, se presentó al grupo de profesionales que estará a cargo de los chicos, todos capacitados para el trabajo con grupos de alta vulnerabilidad social. Ellos son los docentes Alba Morales, Ana Claudia Martínez, Mariano García y la Psicopedagoga Patricia Acosta.
Por decisión del intendente, se va a instalar en el terreno enfrentado a la capilla, ahora también escuela, una plaza para recreación de los chicos y un playón polideportivo.