Ser madre es una bendición. Así como llevan a su bebé durante el embarazo, y alimentan y cuidan del niño durante su infancia, así también cumplen un rol decisivo en las vidas de sus niños, adolescentes y jóvenes adultos, y aun cuando llegan a la edad madura.
Gracias por la entrega generosa de cada día, por el amor, el cuidado, la educación y el ánimo que dan y que nunca termina.
En este Año de la Vida, las exhorto a defender este maravilloso don, este regalo del Señor, que son los hijos.
Que Nuestra Madre del Valle las cubra con su manto bendito y las acoja en su regazo con sus maternales manos, para darles el impulso que sólo Ella sabe dar abundantemente a sus hijos.
Vaya para cada una de Ustedes, mi especial bendición.