Una de las principales recomendaciones es tratar de que vuelvan a la rutina -en la medida de las posibilidades- lo más rápido posible y brindarles espacios de juego, para dibujar, pintar, hacer actividad física o ir a la plaza
"Las secuelas de una tragedia de esta magnitud sabemos que son muchísimas, muy diversas y de largo plazo. Por ello pensamos también en el post inundación, porque muchos chicos sufren este evento traumático y quizás con prevención podemos evitar que eso se convierta en un problema de salud para ellos", dijo el secretario de Niñez y Adolescencia, Pablo Navarro.
El funcionario explicó que trabajan con Unicef "desde hace mucho tiempo" y que juntos elaboraron recomendaciones respecto a "cómo actuar en los días y semanas siguientes a la inundación, sobre todo en lo que respecta al cuidado de los chicos".
Una de las principales recomendaciones es tratar de que vuelvan a la rutina -en la medida de las posibilidades- lo más rápido posible y brindarles espacios de juego, para dibujar, pintar, hacer actividad física o ir a la plaza.
En el folleto que distribuyó Unicef se hace hincapié también en que todo lo que puedan hacer los adultos por apoyarse entre sí para disminuir sus miedos y volver a la vida de la manera más normal posible, ayudará a que los chicos superen de mejor manera la crisis vivida.
Los expertos aconsejan preguntarles qué saben y escucharlos con mucha paciencia . Y si no desean hablar no hay que presionarlos, sino sólo hacerles saber que sus preguntas o comentarios son importantes.
A los niños no hay que mentirles sino darles una explicación real y simple de lo sucedido, como que "las lluvias a veces son muy intensas, y puede pasar que el agua se acumule y se produzca una inundación y que en esos casos hay que buscar un lugar seco y seguro", y no decirles frases como: "no va a volver a pasar".
Sumarlos a actividades para ayudar a otros, como colaborar en la entrega de ropa, juguetes o alimentos, también contribuye porque es bueno que los chicos sepan que hay muchas personas ayudando a los más afectados por las inundaciones.
Además sugieren que los adultos traten de mantener toda la calma posible y que las conversaciones sobre sus miedos y angustias se realicen lejos de los niños.
Es normal, remarcaron los especialistas, que los chicos sufran algunas alteraciones tras un evento de esta naturaleza, ante la muerte de un ser querido, pero también ante la pérdida de su casa y de sus objetos preciados, como juguetes, mascotas y otros.
Los niños vivirán un proceso de duelo normal y tendrán tal vez recuerdos o pesadillas sobre el desastre, alteraciones en la concentración, enojo, irritabilidad u otras manifestaciones en su conducta o humor, explicaron en el folleto.
Unicef señaló que lo fundamental en esos casos es solicitar ayuda si ese comportamiento se mantiene o se agrava luego de varias semanas.
Esas consultas pueden realizarse al 102, línea gratuita de la Secretaría de Niñez y Adolescencia Provincial, que funciona las 24 horas y los 365 días del año.
Fuente: Télam
