La deflagración alcanzó a unas diez manzanas a la redonda, afectando a unas 700 familias, detalló el secretario de Gobierno del Municipio, Javier Bee Sellares.
El ingeniero civil Sergio Aguirre dijo que la intención del Colegio es transmitir tranquilidad a la gente.
Señaló que "la rotura de vidrios o de ventanas es duro para la persona que vive en esa casa, pero estructuralmente no es peligroso" porque "con poco se vuelve a normalizar esa vivienda", pero advirtió que "si hay fisuras en las vigas o en las losas, la estructura corre riesgo de derrumbe".
"Es importante determinar que no haya peligro de colapso, hay que determinar si el lugar quedó habitable o no", dijo.
Fuente: Télam