El ministro confesó que siempre se enojaba con sus colegas y discutió en el Colegio Médico porque allí no se tomaba una posición ni tampoco se pedía que se dejaran de lado los reclamos salariales. Además, hizo hincapié en recordar el juramento hipocrático que todos los médicos realizan al graduarse.
“Estudiamos una profesión en la que muchas veces no nos tenemos que fijar si nos pagan bien o mal. Estudiamos para salvar vidas y curar, después lo otro lo discutimos. Lo que está pasando en el Hospital San Juan es una situación a la que se está llegando después de 4 años de no hacer nada, desgraciadamente, de parar hospitales... por el mero hecho de hacerlo llegamos al deterioro. No podemos discutir si los reclamos son justos o no”, comentó.
Asimismo, salvaguardó la labor de algunos servicios, como Neonatología, que está asesorado por el Hospital Garrahan, y de Ginecología. También remarcó que siempre les dice a los colegas y a las enfermeras que se trabaja con vidas humanas y no con carpetas y papeles que se pueden rehacer.
“Con las vidas no pasa lo mismo. Si están mal pagados, que agachen la cabeza. Estuve 10 años haciendo guardias y no me las pagaban. Me llamaban de madrugada y yo iba. Cuando hay amor a la profesión y amor hacia la gente uno se olvida de muchas cosas”, subrayó.