La secretaría también hizo referencia sobre los peligros que puede derivar la tenencia ilegal de estos ejemplares en las personas, argumentando que pueden producir diversas enfermedades que pueden llevar a la muerte, tales como la psitacosis (transmitida por aves silvestres bajo circunstancias de estrés como hacinamiento, dolor o desnutrición), zoonosis, coccidiosis, rabia, dermatitis (parásitos externos como pulgas, sarnas) y hongos, entre otras.