Catamarca
Jueves 25 de Abril de 2024
Buscar:

Amplí an correspondencia de Pizarnik con publicación de cartas inéditas

Nueva correspondencia Pizarnik muestra facetas inusuales de la emblemática poeta -lúdica con amigos, reflexiva con colegas y leal a quienes admiraba- a través de unas 200 cartas, en su mayoría inéditas, reunidas por la lingüista Ivonne Bordelois y la biógrafa Cristina Piña en una investigación que alcanzó a 40 corresponsales, entre ellos Manuel Mujica Láinez, Julio Cortázar, Silvina Ocampo y Arnaldo Calveyra.
El libro editado por Alfaguara, llega 16 años después de la primera compilación realizada por la propia Bordelois en torno a Alejandra Pizarnik, una de los voces fascinantes y genuinas del siglo XX, nacida en Avellaneda en 1936 y muerta en 1972 por una sobredosis de somní­feros.

Reactivar la búsqueda de correspondencia -la familia Pizarnik, Rita Geada, Tilo Wenner, Marcelo Pichón Riviere, Adolfo Bioy Casares, Ana María Berrenechea y Sylvia Molloy entre otros-, "fue en gran medida transformarse en Sherlock Holmes y el Dr. Watson", pues hubo que "sumar datos, indicios y nombres", dijo a Télam Piña, académica, crítica y traductora.

Una idea que reforzó Bordelois, responsable de la compilación publicada en 1998 por Seix Barral, cuyos ejemplares hoy son casi inhallables, al rememorar que "se sabía de la aparición de nuevas cartas por información que circulaba en congresos y bibliografí­as".

"Piña fue muy eficaz en rastrear a los destinatarios de las nuevas cartas y en hacer contacto con los archivos de la Universidad de Princeton -en Estados Unidos-, donde obtuvimos informaciones muy relevantes", recordó la lingüista de 80 años, amiga personal de Pizarnik.

A lo que Piña añadió: "contamos con nuestros Virgilios, Teddy Paz o Gotcha Gaios que nos pasaron teléfonos, cartas y conexiones que, sumadas a algo de suerte e intuición, nos sirvió para reconstruir mucho, y añaden 17 a los 23 corresponsales que Ivonne incluí­a en su primera edición".

Se trata de textos inéditos de figuras ya publicadas como Rubén Vela, Silvina Ocampo, Julio Cortázar, Antonio Fernández Molina, Esmeralda Almonacid y Antonio Beneyto, este último sólo había sido publicado en España, "por lo que las cartas inéditas duplican las misivas ya conocidas", asegura Piña.

Varias nuevas cartas sacudieron la mirada de Piña por "su encanto, desesperación, humor desopilante o la aparición del borde de la locura entre las palabras", entre las que destacó la dedicatoria a Martha Mosquera Eastman y la tristí­sima, dirigida pero nunca enviada, al gran crítico suizo Jean Starobinski.

Esas misivas también muestran, para Bordelois, "la conciencia de una suerte de encierro del cual Pizarnik querí­a liberarse trasladándose a otro escenario", en "su tentativa de asociarse a escritores españoles".

"Podrí­a sorprendernos cierto candor y patetismo de su parte en sus esfuerzos por hacer publicar, a través de sus contactos, menos viables de lo que ella presumí­a, la obra de amigos con los que buscaba congraciarse", remarcó la ensayista y también poeta.

Así como "su capacidad de empatí­a con autores muy diferentes a ella, como Mujica Láinez, con quien mantiene una relación tan lúdica como encantadora".
Mientras que "las cartas a Esmeralda Almonacid despliegan su notable ingenio plástico en pequeños dibujos y collages de humor irreverente y delicioso; y los mensajes escritos en tiempos cercanos a su muerte, son conmocionantes por la intensidad de la angustia que transmiten".

El proceso de reconstrucción del corpus Pizarnik "es singularmente accidentado, pues cuando murió sólo sus amigos sabí­an que habí­a escrito crítica literaria y prosa", dijo Piña, si bien ya contaba con algunos artículos publicados.

Además de que algunos materiales, "particularmente fotos que desaparecieron tras su muerte y no podemos saber quiénes los detentan estos materiales", indicó por su parte Bordelois.

Década a década se fueron sumando inéditos y "en los 80 los 'Textos de sombra y últimos poemas' la revelaron como dramaturga, autora de escritos entre la poesí­a en prosa, el relato y la reflexión, y de textos obscenos, profundamente revulsivos y de un humor sin alegrí­a que eran como el revés de su poesí­a", repasó Piña.

En los 90 se volvió accesible su poesí­a, apareció la escritora de cartas en la 'Correspondencia' de Ivonne y con el nuevo milenio la autora de las mal llamadas 'Poesí­a completa' y 'Prosa completa', porque no lo son, y de la versión jibarizada de unos 'Diarios' que son menos de la mitad de lo que escribió, reveló que la lengua francesa era un campo de experimentación privilegiado con los poemas publicados por la Revue de Belles Lettres (Suiza).

La vigencia de esos textos va más allá de "un manejo deslumbrante del lenguaje, la lucha por la perfección, el trabajo obsesivo de las palabras", reflexionó Piña; se sostiene también en "los absolutos de la juventud" y en que "aborda de lleno las grandes fracturas metafísicas y psicológicas que a todos nos atraviesan".

"Alejandra escribía con los huesos, cuando uno lee a Vallejo, Kafka o Simone Weil siente que hay una verdad imperecedera insustituible en cada palabra y que cada renglón está avalado por la totalidad de su ser, de su cuerpo, de su experiencia. Lo mismo ocurre con ella", consideró Bordelois.

De su vasta obra queda por publicar "el acervo de la biblioteca de Princeton, donde están depositados sus papeles -poemas, relatos y otros textos indefinibles-, aunque no soy de la opinión de que todo lo que escribe un autor deba ser publicado" y, aún así, queda Alejandra para rato", remató Piña.

Fuente: Télam

(Se ha leido 193 veces.)

Se permite la reproducción de esta noticia, citando la fuente http://www.diarioc.com.ar

Compartir en Facebook

Sitemap | Cartas al Director | Turismo Catamarca | Contacto | Tel. (03833) 15 697034 | www.diarioc.com.ar 2002-2024