El ministro de Minería, Laurence Golborne, dijo este sábado que "cinco equipo, de ocho personas cada uno, o sea 40 personas van a ir entrando a este pique, bajando por estos ductos -que tienen dos a cuatro metros cuadrados de ancho-" en busca de los operarios atrapados.
"Este proceso de bajada es lento, va a tomar varias horas. En cuanto tengamos señales de vida vamos a darlo a conocer", agregó.
Más temprano la ministra del Trabajo, Camila Merino -quien coordina las labores de búsqueda- dijo que la tarea se hizo lenta por la imposibilidad de hacer el rescate a través del acceso principal, bloqueado por el derrumbe.
La mina de oro y cobre, a 800 metros sobre el nivel del mar, es un socavón dentro de un cerro al que se accede por una rampa que desciende en forma de espiral. La chimenea de ventilación, en cambio, es vertical.
"Hemos descendido hasta el nivel 240 de la rampa y éste está colapsado. Esa es una mala noticia. Por lo tanto, la única manera de seguir avanzando es a través de la chimenea de ventilación", explicó la ministra a medios de prensa.
"Las labores van a ser más lentas porque trabajar en la chimenea (de ventilación) toma tiempo, hay que tirar cuerdas porque la chimenea es vertical y hay que revisar que no haya desprendimientos y van a tener que reforzarse algunos puntos. Hay que tener paciencia. Esto va a tomar tiempo", aseveró.
Durante la jornada, los rescatistas reforzaban los muros en algunos tramos del ducto de ventilación y hacia las 09H00 de este sábado (13H00 GMT) no se había logrado tener contacto con los trabajadores atrapados.
El gerente de la Minera San Esteban, Pedro Simunovic dijo a AFP que "realmente no se sabe si les han caído rocas encima o no, o si están vivos".
Simunovic dijo igualmente que todo está preparándose para que los rescatistas comiencen a descender por el ducto.
"Estamos bastante ansiosos para que esta operación de rescate termine", dijo.
Un rescatista que trabajó toda la noche y que prefirió no decir su nombre señaló que se trabajó toda la noche y estimó que "faltan unos 80 metros" para llegar al grupo de mineros.
"Hay aire, gracias a Dios las chimeneas no están colapsadas, hay flujo de aire", dijo.
Las autoridades confían en que los mineros hayan logrado llegar a un refugio ubicado en la parte más profunda de la mina donde había alimentos, agua y oxígeno para 48 a 72 horas.
Mientras tanto un centenar de familiares aguardaron toda la noche en las afueras del yacimiento por noticias de sus seres queridos, en un campamento montado por las autoridades provisto con mantas, colchones y alimentos, donde aguantaban el intenso frío del desierto.
A medida que avanzan las horas, la angustia se expandía entre los familiares que denunciaban falta de medidas de seguridad en el yacimiento.
"El minero no sabe nunca si va a volver a casa", comentó a AFP Jimmy Cardona, ex trabajador minero que esperaba el rescate de su cuñado.
Uno de los mineros que participó en las tareas de rescate, quien quiso mantener su anonimato, dijo a AFP que trabaja en la mina desde hace 11 años.
Señaló que se encontraba en sus días de descanso pero al conocer la noticia, llegó al yacimiento para colaborar en las tareas de rescate.
"La mina es como un caracol, baja hasta 7 kilómetros, y dentro está todo oscuro, no se ven ni las manos", dijo.