El registro de parturientas del nosocomio local habla a las claras del incremento de partos en adolescentes que recurren al servicio de salud público para dar a luz a un hijo por segunda o tercera vez. Son menores que, en algunos casos, ni siquiera se realizaron controles prenatales y llegan a las consultas con 5 y 6 meses de embarazo.
Para los profesionales de la salud, en una guardia ginecológica, de cinco partos promedio que pudieran presentarse al menos uno corresponde a una adolescente.
“En muchas situaciones solicitamos interconsulta con profesionales en psicología del hospital, vemos adolescentes que todavía no han madurado y ni se imaginan lo que viene con el parto. Me ha tocado ver a una madre embarazada y a su hija de 14 años también embarazada, la menor jugaba con la balanza como si fuera un juguete”, contó la obstetra, Elina Aragón.
En lo que va del año, se registraron 78 partos en menores de 13, 15 y 16 años provenientes mayoritariamente de los barrios 25 de Mayo, San Martín, España, Toro Yacu, Villa Nueva y Villa Balnearia. También se atendió a adolescentes de parajes del departamento Río Hondo, tales como Pozuelos, Mansupa, Mahoma, Aragonés, Cañada de la Costa, La Soledad, Rincón de Atacama, San Pablo, Loro Huasi, La Aguada, Chañar Pozo, Sotelillo, La Reserva, Cejas de los Juárez y Tagamanpa, entre otros.
En diálogo con EL LIBERAL, el Dr. Gustavo Corbalán, ginecólogo del Hospital Zonal de Las Termas, se mostró sorprendido por la cantidad de embarazadas adolescentes casi niñas.
“La mayoría son niñas que tienen su primera experiencia sexual sin tener idea cómo se usa un método anticonceptivo (preservativo o píldoras) y se quedan embarazadas”, dijo.
Corbalán sostuvo que las adolescentes viven la deserción familiar tempranamente en el departamento o la ciudad debido al éxodo laboral que obliga a muchos padres a tener que trasladarse hacia la zafra o la Costa Atlántica en busca de una fuente laboral. “Las niñas quedan a cargo de tíos, abuelos, allegados u otros familiares -agregó- y la mayoría de las que terminan su embarazo en buenas condiciones son las del interior, muchas de las adolescentes embarazadas de los barrios interrumpen el embarazo porque conocen algún método abortivo”, resaltó con preocupación.
“Duele que muchas adolescentes de los barrios o de zonas rurales no accedan a información para prevenir embarazos no deseados y llegan hasta el final del embarazo con pocos controles prenatales porque carecen de una mínima planificación familiar, perpetuando ciclos de embarazo porque existen casos de niñas que tuvieron un hijo a los 14, y a los 17 vuelven a quedar embarazadas”, opinó el profesional.
Fuente/ elliberal.com.ar