Oriundos de Salta, Jujuy, Tucumán, Santa Fe, Catamarca, San Luis, Entre Ríos, Corrientes, Misiones, San Juan y distintas localidades de Buenos Aires bailan zamba, chacarera, escondido, gato, saya, tango y salsa, y nuevos estilos como el hip hop, el reggaeton y el popping.
El grupo dedicado a la música toca varios instrumentos de cuerda, viento y percusión entre ellos el piano, violín, sicux, quena, charango, guitarra criolla y eléctrica, octapad, güiro y timbal. También formaron dos bandas, La Jerarquía que hace cumbia y Aracna Caru --que en lengua aymara significa “todos juntos”-- es un grupo instrumental que interpreta temas del folcklore argentino y latinoamericano.
Silvana se acercó a la peña para seguir bailando folcklore ya que lo hace desde sus 13 años. “Desde chica pertenecí a un ballet en Catamarca, fue así como arranqué en la peña”, contó la catamarqueña.
“Cuando vine de mi provincia, durante el Período Selectivo Preliminar (PSP) me costó mucho adaptarme a mis tareas y la vida militar, y la peña me ayudó a superar el desarraigo y las dudas que tenía”, destacó.
“Éramos los últimos en acostarnos en la escuela, pero bailando o cantando nos olvidábamos de todo. Creo que lo más lindo de esto es que conocemos a un montón de gente de distintas provincias y sus formas de bailar”, agregó.
“Al estar bailando cortamos con la rutina y además, me hace recordar a mi querida provincia”, reafirmó.
Los suboficiales Carlos Valentino y Anselmo Tejada fueron los primeros convocados para el desafío de organizar y coordinar la peña de la escuela. El primero se encarga del grupo de música y Tejada los guía en los pasos de baile.
“Algo mágico ocurre, cuando bailan e interpretan las partituras se transportan a su tierra”, dijeron los suboficiales, quienes coinciden en la idea de que el objetivo de los jóvenes es recibirse como cabos segundos de la Armada y no como artistas.
“Sin embargo –destacaron-- desarrollar este aspecto artístico, con talento y dedicación, ha demostrado que favorece a la unión del grupo, potencia logros académicos, además de representar positivamente a la Escuela de Suboficiales en la comunidad, principalmente de Punta Alta --ciudad cercana a la Base Naval Puerto Belgrano-- donde está ubicada la escuela.”
De la montaña al mar
Silvana Edith Mena ingresó el año pasado a la Escuela de Suboficiales y este es su segundo y último año en la especialidad Mecánico en Sistemas, radarista.
Su ingreso a la Armada fue una decisión difícil, conocía la Institución por un primo quien es suboficial y le acercaba las revistas de Gaceta Marinera, medio de comunicación oficial de la Armada Argentina. Pero cuando manifestó su agrado por la Fuerza su familia no quiso que partiera lejos.
“Me gustaba la idea de seguir estudiando una carrera universitaria, pero leyendo acerca de las actividades de la Armada por la revista me ilusioné con venir acá, quería pertenecer a la Institución y hacer algo distinto y nuevo. A mi mamá no le gustó nada y seguí entonces con la idea de hacer educación física en Salta”, adelantó Silvana.
“Pero allá, no hice más que pasar por la Delegación Naval y averiguar cómo ingresar y prepararme. Dio la casualidad que la primera profesora a quien recurrí para estudiar y rendir el examen era de Santa María y me aceptó en el grupo de estudio a pesar de tenerlo completo. Fue cuando mi mamá me dijo que si estaba decidida iba a recibir su apoyo. También lo tengo por mi papá y mis 4 hermanos”, contó.
Hace poco tuvo su primera experiencia de navegación y contó “tuvimos una navegación de una semana en el multipropósito ARA ‘Hércules’. Fue muy linda y fui una de las pocas que no se descompensó”, enfatizó la catamarqueña.
Sin embargo, Silvana sigue extrañando las montañas y el clima seco de su provincia, su paso por el Colegio Polimodal Nº 11 Abel Costa, “también extraño el locro de mi abuela y esas comidas bien caseras como las masitas regionales que siempre le pido a mi mamá que me mande, y que tardan una semana y llegan todas rotas, pero llegan”, concluyó.
Desde que su mamá conoció la escuela, cuando vino a la ceremonia de entrega de uniformes, empezó a estar contenta por ella y por su elección: una vida dedicada al mar.
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