La Actividad Física ha sido mundialmente recomendada tanto para prevenir como para disminuir el efecto y el avance de la diabetes. Las prácticas ejercicio físicos en pacientes con diabetes contribuye a disminuir la resistencia a la insulina, mejorando la sensibilidad hacia ella, aumenta los niveles de glucosa en sangre, disminuye la frecuencia cardiaca y la presión arterial en reposo.
El aumento del movimiento físico debe ir orientado a lograr cambios en las actividades de la vida cotidiana a disminuir el tiempo dedicado a prácticas sedentarias (televisión, videoconsola, ordenador, etc), a estimular ejercicios recreativos al aire libre y, en los niños mayores, a fomentar participación en actividades deportivas de acuerdo a sus gustos y preferencias, poniendo énfasis en actividades que valoren la participación en equipos más que la competencia individual.