"Es común que la gente coma estos frutos ricos en proteínas, aunque ahora la situación obliga también a otros, que antes no lo hacían, señaló el médico de esa localidad de oeste formoseño, en la que hay un gran porcentaje de población aborigen.
Jaluf explicó que los frutos, en forma de vaina, son recolectados de la zona rural y luego se los seca al sol y mediante morteros se los convierte en harina con la cual hacen "añapa" -mezcla de agua y harina de algarroba. (Télam)