Según informaron fuentes policiales, por esos instantes, se desplazaba por la avenida Belgrano, de norte a sur.
El joven se dirigía hacia el centro desde el barrio Centenario, y metros después de pasar la calle Andes, el auto perdió sorpresivamente el control. En ese momento, el vehículo hizo un desvío hacia la izquierda, y se subió violentamente a la isleta que divide los carriles de la Belgrano.
Los voceros policiales estiman que, en el acto, el Fiat se habría elevado para luego chocar contra una columna del alumbrado público, a la cual destruyó por la mitad.
Se presume que, por efecto de la colisión, el auto salió “despedido” hacia el carril por donde transitaba, hasta terminar dando un violento vuelco que casi dejó irreconocible al Fiat 128.
El choque y los tumbos provocaron una total conmoción entre vecinos y transeúntes que corrieron hacia donde quedó el conductor, quien consiguió salir de la carrocería, al parecer por sus propios medios, según explicaron los informantes policiales.
Seguidamente, los llamados de emergencia alertaron al personal policial y al servicio de urgencia del Sease.
Fue así como se puso en marcha un amplio despliegue de auxilio, con el arribo de patrulleros y ambulancias.
Inicialmente, el joven había sido auxiliado por los empleados de una estación de servicios, próxima al lugar del vuelco.
Para sorpresa de los guardianes del orden, se comprobó que, pese a las características del accidente, Maldonado se encontraba prácticamente fuera de peligro, ya que tenía solamente contusiones y escoriaciones en distintas partes del cuerpo.
De todos modos, el chofer fue derivado hacia la sala de urgencias del Hospital Regional para realizar un examen minucioso y comprobar que no tuviera ninguna otra herida de tipo interno.
Fuente/ elliberal.com.ar