El joven trabajaba en una fábrica de pallets de madera en Cañuelas cuando en un accidente laboral un clavo disparado con una pistola neumática se le incrustó en el corazón.
El clavo atravesó el hueso del esternón y el ventrículo derecho del corazón, donde quedó alojado y actuó como tapón, evitando una hemorragia. La cirugía duró más de dos horas y permitió reparar la herida cardíaca, dejando sin ninguna secuela al joven.
"Sólo tres personas sobrevivieron a esta lesión en el mundo, en casos ocurridos en Estados Unidos, Australia y Polonia", dijo el director ejecutivo del hospital El Cruce, Arnaldo Medina, y destacó que "fue muy importante la experiencia previa del equipo de cirugía" para atender el primer caso Argentina.
Fuente: Télam