Sarmiento comentó que la obra, de un metro de largo y setenta centímetros de ancho, cuenta con un importante y antiguo marco color dorado, con molduras, que marca la opulencia y contrasta con su fondo, tapizado por trapos de piso que sirven de base para presentar una estola y un paño bordados, deshilachados por el uso y el paso del tiempo.
“He resignificado cada uno de los elementos para dar forma a esta obra que guarda relación con una de las primeras expresiones del Papa cuando fue elegido. Él dijo que quería una iglesia pobre y para los pobres”, destacó. “Por eso propongo un juego entre la opulencia del marco y la modestia de los demás elementos”.
Sarmiento es el único artista, entre los distinguidos por el jurado del Salón Nacional de Arte Sacro de Tandil, que no es de la provincia de Buenos Aires. Nació en Catamarca, estudió en la Universidad de Tucumán, vive y produce su obra desde Catamarca, donde ha realizado numerosas muestras individuales y colectivas.
Este último reconocimiento se suma o otros que obtuvo a lo largo de su carrera: 2° premio del Salón Regional de Santiago del Estero (2011), 3° Premio del Salón Regional de Pintura de La Rioja (2010), 1° premio del salón de producción artística de Catamarca (2006) y menciones especiales en otros salones regionales. También obtuvo en 2011 una beca del Fondo Nacional de las Artes para una clínica de análisis y seguimiento de obra junto a José Pizarro.
La organización del Salón Nacional de Arte Sacro, que lleva 43 ediciones, destacó la incorporación este año de nuevos lenguajes que exceden al estrictamente pictórico, como pintura digital, objetos bidimensionales y de arte textil. También destacaron las obras de los artistas premiados, por proponer “distintos matices y una connotación estética-religiosa, que amplía su mirada filosófica, metafísica, antropológica, poética y metafórica en torno a la temática”.
