“Hay un sin número de cuestiones que hacen que no sea lógico vender esas garrafas, y una de las más importantes quizás sea una cuestión de tipo gremial. Se ha mostrado que el peso de las garrafas de 15 kilos lesiona a largo plazo la columna vertebral de los empleados” afirmó.
Por ello sugieren comenzar a cambiar la garrafa en lo inmediato, aunque indican que es muy difícil que las mismas distribuidoras las puedan canjear, y no hay un plazo establecido para que deje de circular.