En relación con la apertura del organismo en la provincia, una gacetilla de la época hizo alusión al acontecimiento: “Entrar al INTA de Catamarca, es algo así como sumergirse en el potencial productivo de una zona rica y fecunda, donde a la tradición de sus cultivos se asocian y agregan los logros tecnológicos de un pueblo que avanza”.
“La producción agropecuaria de Catamarca se ha venido desenvolviendo en forma precaria por la falta de información previa, base esencial para desarrollar las técnicas modernas. Las autoridades federales de dicha provincia con sentido exacto del problema, firmaron un convenio con el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria para aunar los esfuerzos técnicos en ese sentido. De ese convenio surgió la Estación Experimental Agropecuaria de Catamarca sobre la base del Vivero Olivícola Nacional en Sumalao, en el Departamento de Valle Viejo IDIA” (febrero 1958,p.9).
En la actualidad, el INTA Catamarca cuenta con un extenso campo experimental sobre la ruta provincial N° 33, donde posee instalaciones y laboratorios para desarrollar tareas de investigación en frutales y hortalizas, riego, agroindustria, disciplinas priorizadas en apoyo al desarrollo rural, estudios socioeconómicos y comunicaciones.
Asimismo, posee un campo anexo en la localidad de Santa Cruz, dedicado principalmente a las actividades con rumiantes menores y con citricultura. También se destaca el trabajo logrado a través de la cobertura de las Agencias de Extensión Rural (AER) distribuidas en el interior provincial: Tinogasta, Belén, Andalgalá, Santa María, Santa Rosa, Paclín/Ambato, Capayán, Pomán y La Paz.