El papa Benedicto XVI ha reconocido hoy por primera vez que la Iglesia en su conjunto, los obispos y el Vaticano, no han sido suficientemente "vigilantes, veloces y decisivos" a la hora de afrontar los casos de abusos sexuales a menores por parte de sacerdotes, según dijeron los periodistas a bordo del avión en el que viajó desde Roma a Edimburgo, en su visita oficial para reunirse con la reina Isabel II.
"Tengo que decir que siento una gran tristeza. Tristeza también porque la autoridad de la Iglesia no ha sido lo suficientemente vigilante, ni suficientemente veloz, ni decidida, para tomar las medidas necesarias", sostuvo Benedicto XVI.
Al aterrizar, la comitiva papal fue recibida en el aeropuerto a las 10.30 (horal local) por el duque de Edimburgo y media hora después fue recibido por la reina en el Palacio Real, con la presencia del viceprimer ministro Nick Clegg. Entre la ciudadanía, la visita suscitó más indiferencia que expectativa.
CARDENAL POLEMICO
La esperada llegada el jueves por la mañana del papa Benedicto XVI al Reino Unido para iniciar una histórica visita coincide con una nueva controversia provocada por un cardenal, que calificó a Gran Bretaña de país del "tercer mundo".
En una entrevista publicada por el semanario Alémán Focus, el cardenal Walter Kasper declaró: "Cuando uno aterriza en el aeropuerto de Heathrow, tiene la impresión de haber aterrizado en un país del tercer mundo". Añadió que "en Inglaterra, se extiende un neoateísmo agresivo".
El Vaticano, que con esta visita espera acercar a católicos y anglicanos, minimizó las palabras del cardenal.
"Las opiniones del cardenal Kasper no implican intención negativa o de desdén hacia el Reino Unido", afirmó el portavoz vaticano, el padre Federico Lombardi, en un comunicado. Según Lombardi, el cardenal Kasper pretendió con sus declaraciones "aludir al hecho de que al llegar al aeropuerto de Londres, como ocurre en otras grandes metrópolis mundiales, uno se da cuenta de que se halla en un país donde se cruzan realidades humanas de orígenes y condiciones muy diversas".
El cardenal Kasper, que debía participar en la visita papal, no lo hizo finalmente, oficialmente "por razones de salud". Esta visita papal -la primera de Estado de un pontífice católico al Reino Unido desde el cisma anglicano del siglo XVI- ya está signada por las controversias, debido al escándalo de los religiosos pedófilos, las tensiones con la iglesia anglicana y las críticas al conservadurismo del Vaticano.
