“La idea era hacer un dibujo y una pintura en vivo para que la gente vea cómo es el proceso desde el boceto o dibujo, con técnicas académicas y después lo que es la pintura en este caso decidí usar acrílico, porque seca más rápido, y la resolución que se logra muy similar al óleo pero con menos tiempo de secado”, explicó el artista acerca del proceso de producción de una obra pictórica.
Comentó también que en este caso eligió un modelo alegórico. “Teniendo en cuenta que va a quedar en este museo, por eso quise componer esta obra con elementos que están presentes aquí como el tejido, el poncho, las guardas y todos colores tierra propios del norte”.
El soporte en el que trabajó Herrera es un bastidor de madera entelada de 0.92 x 130 cm., armada por él mismo.
El proceso de pintado de la obra fue vivido tanto por el artista como por quienes visitaban el museo, como una clase abierta en la que aplicaba todo aquello que enseña en los talleres que brinda, además, la gente se acercaba a preguntar y él explicaba cada técnica que aplicaba. “Esto tiene que ver con mi formación docente, siempre trato de enseñar lo que sé y cuando me preguntan no tengo problema de explicar el procedimiento, porque es un poco lo que hago en mi taller”, afirmó
Finalmente, Javier Herrera destacó que tanto el soporte como el tipo de pintura están pensados para resistir el paso del tiempo, teniendo en cuenta quedará en el museo.
Fotos: Secretaría de Cultura / José Díaz