No obstante, el sacerdote fue recibido con fervorosos aplausos en la Fundación Felices los Niños por los chicos que allí conviven, quienes lo vivaron y alzaron en andas.
Grassi, acusado por cuatro casos de abuso deshonesto -dos de ellos agravados por corrupción- contra niños de su Fundación, quedó bajo un régimen de libertad atenuada tras permanecer 27 días en prisión y, al salir, afirmó que su detención "fue un complot contra la Iglesia Católica". (Télam)