Catamarca
Viernes 26 de Abril de 2024
Buscar:

NOTA DE OPINIÓN

El delito en Catamarca creció de manera abrupta

El crecimiento de la actividad delictiva en Catamarca es uno de los problemas que mayor preocupación genera en la comunidad. Desde el robo de motos hasta los arrebatos, y desde la violación de domicilios particulares hasta los asaltos violentos, los hechos se multiplican de manera impactante.
(DIARIOC, 09/02/2009) El mapa delictivo de la provincia, y en particular del Valle Central, se modificó a un ritmo asombroso y también impensado para quienes crecieron convencidos de habitar una ciudad tranquila y amigable.
La comercialización y consumo de drogas, la formación de asentamientos ilegales, la falta de empleo, la indigencia y la carencia de mecanismos de contención social, se conjugan para desembocar en un cuadro delicado y complejo, que afecta la vida de todos los ciudadanos.

Combatir el delito, controlarlo o aunque más no sea impedir su continua expansión, se convirtió en una tarea terrible para los organismos de seguridad, muchas veces desbordados en su capacidad de acción, con escasos recursos y también, según se admite puertas adentro en las fuerzas policiales, por errores conductivos que facilitaron el camino hacia el panorama actual.

Cómo recuperar la paz, como llevar seguridad a las calles y los hogares, es un dilema que conduce a distintas teorías, y hasta ahora ninguna resultó demasiado efectiva.
Se habla de endurecer los castigos, de reducir el período de inimputabilidad, de contar con jueces más severos, de promover la colaboración barrial, de estrechar lazos entre policías y vecinos, etc.

Otra de las propuestas más comunes es la de movilizar una mayor cantidad de agentes policiales, aunque más no sea a modo intimidatorio, como factor de presión y advertencia para los delincuentes.
Seguramente ninguna de estas opciones represente en sí misma una solución absoluta, como también es probable que todas tengan algún grado de utilidad, aunque siempre se luchará en desventaja si se canaliza toda la atención en la represión del delito y no se hace nada para evitar su inicio.
Periódicamente se anuncian acciones tendientes a mejorar la seguridad, y en ese contexto se anunció que habrá alrededor de 300 nuevos policías en las calles.

La medida parece en primer término positiva, pero conduce a plantear una pregunta: ¿qué clase de policías son destinados a velar por nuestra seguridad? ¿qué tan rigurosa y profesional es la preparación de quienes tendrán la enorme responsabilidad de circular por las calles portando un arma de fuego? ¿Son suficientes tres o cuatro meses para que un ciudadano común asuma una de las tareas más peligrosas que pueden encomendarse en una comunidad organizada?
No todas las respuestas son claras. Porque existe otro factor importante, y es que la gran mayoría de jóvenes, hombres y mujeres, que se acercan a las instituciones que forman a los futuros policías, no lo hacen por una verdadera vocación de servicio, sino por una motivación económica.

La urgencia de hallar una salida laboral rápida, la imperiosa necesidad de contar con un sueldo, y la seductora oferta de estabilidad inmediata, resultan atractivos que más de una vez llevan a pasar por alto el análisis de todo lo que implica vestir un uniforme.
La tarea policial exige mucho más que práctica en el manejo de un arma: requiere conocimiento de leyes y procedimientos, temple y convicción, serenidad y nociones de desenvolvimiento social muy especiales; donde siempre debe primar el buen criterio, la razón y el sentido de justicia.

(Se ha leido 233 veces.)

Se permite la reproducción de esta noticia, citando la fuente http://www.diarioc.com.ar

Compartir en Facebook

Sitemap | Cartas al Director | Turismo Catamarca | Contacto | Tel. (03833) 15 697034 | www.diarioc.com.ar 2002-2024