El desarrollo de este automóvil fue realizado artesanalmente en los talleres que la marca tiene en GoodWood, Inglaterra. Los cambios con respecto al original incluyen la utilización de una pintura especial denominada Mazarine Blue (inspirado en la mariposa del mismo nombre). En su habitáculo es donde el trabajo de los técnicos fue más intensivo ya que, inspirándose en la cubierta de un yate, crearon un espacio de confort con tapizado de piel beige, terminaciones en madera e inscripciones que conmemoran el centenario del icono de la empresa.
Pero lo más impresionante de la configuración se encuentra escondido a simple vista. Dentro de la guantera se puede encontrar un joyero que guarda anillos, gemelos y pendientes de la colección de joyas Asprey. Además, dentro del maletero hay un juego de equipaje de cuero exclusivo realizado a mano.
Según la automotriz este coche es una muestra de que el único límite que tiene Rolls-Royce en su desarrollo artesanal lo impone la imaginación del cliente.
Fuente: autos.infobae.com