En un requerimiento de elevación a juicio entregado a primera hora de la mañana al juez federal Claudio Bonadio, Delgado entendió que los ex funcionarios procesados por "estrago culposo" y "administración fraudulenta" fueron "cómplices" de lo ocurrido porque actuaron "privilegiando los intereses del concesionario" y que la falta de inversión de TBA creó una "bomba que podía explotar en cualquier momento", según el texto al que accedió Télam.
El pedido de envío a juicio oral incluyó a todo el directorio de la ex concesionaria TBA, a los ex titulares de la Comisión Nacional de Regulación de Transporte Automotor Pedro Ochoa y Antonio Sicaro, al ex subsecretario de Transporte de la Nación Antonio Luna y al maquinista de la formación Marcos Córdoba.
"El tren siguió siempre abrazado a los vientos de la fortuna que el 22 de febrero cambiaron de dirección"Federico Delgado
"Es evidente la complicidad de los funcionarios. Es que el Estado para inyectar fondos (subsidios a TBA) tenía que cumplir algunos pasos previstos en el contrato", interpretó Delgado pero "los funcionarios, privilegiando los intereses del concesionario, se limitan a llenar papeles para que formalmente los pasos parecieran cumplidos y así permitir los desembolsos".
"El tren siguió siempre abrazado a los vientos de la fortuna que el 22 de febrero cambiaron de dirección", agregó.
Al ratificar los cargos por los que todos fueron procesados en la Cámara Federal porteña, Delgado detalló que la administración fraudulenta remite al "mal" manejo de los subsidios de TBA, 1.924.625.755,67 pesos desde 2003 a 2010.
Delgado advirtió que hubo "administración fraudulenta de los fondos públicos y esa misma inactividad formó parte de los actos concatenados que culminaron con el estrago agravado del 22 de febrero".
"Al apropiarse de los fondos que el Estado destinó para mejorar el servicio" los dueños de TBA Claudio y Mario Cirigliano "dejaron a un lado el contrato. Al dejar de lado el contrato se olvidaron del servicio. Al olvidarse del servicio no invirtieron. Como no invirtieron la situación se asemejaba a una bomba que podía explotar en cualquier momento. Ello ocurrió el 22 de febrero de 2012".
Sobre el maquinista Córdoba el fiscal entendió que él mismo admitió que no paró la formación. "Esto quiere decir que admitió la materialidad del hecho que trajo aparejada la violación del deber de cuidado que lo envolvía como conductor" y conducía a "velocidad excesiva".
Córdoba quedó procesado por "estrago culposo" por la Cámara Federal, que revocó el sobreseimiento a su favor dictado por Bonadio.
Fuente: Télam