Catamarca
Viernes 26 de Abril de 2024
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El género y la sexualidad en la Policía Bonaerense marca el pulso de un libro etnográfico

En Género y sexualidad en la Policía Bonaerense, la socióloga Sabrina Calandrón propone un relato etnográfico que rompe con los sentidos comunes acerca de las mujeres en esa fuerza de seguridad y su relación con los varones, al tiempo que da cuenta de ciertas prácticas y estrategias de quienes ejercen una profesión históricamente asociada a lo masculino.
El libro, una versión de su tesis doctoral publicado por la editorial de la Universidad Nacional de San Martín, fue presentado anoche en el stand de esa casa de estudios en la Feria del Libro por la autora, la periodista y abogada Julia Mengolini, y la socióloga Mariana Galvani, quien destacó "la ausencia de juicios morales".

Sustentada en un riguroso trabajo de campo en dos comisarías de la provincia de Buenos Aires, la temática central que recorre la investigación se le impuso a Calandrón sin ir a buscarla. "Empecé a estudiar trayectorias policiales, quería mostrar algo de cómo funciona esa fuerza, pero una vez en el campo la sexualidad se me empezó a aparecer todo el tiempo; en las comisarias hay un lenguaje terriblemente sexualizado", contó.

Y ella, socióloga y doctora en Antropología Social por la Unsam, no le escapó a lo que el trabajo etnográfico le develó: metiéndose en la trama real de esas relaciones cotidianas, observó, se involucró y desde ahí cuestionó falsas oposiciones, como la que separa la vida pública de la privada, sexualidad y profesión o la idea de que una institución que hace uso de la fuerza física carece de emociones.

"Las mujeres policías tienen una propuesta institucional anclada históricamente en la de ser ayudantes de los varones, hacer el trabajo de segunda, esa es la propuesta de la institución. En este sentido, me pareció interesante mostrar que ellas no se conforman con ese lugar, al menos no todas", sostuvo la autora sobre éstas prácticas vinculadas al género femenino en la cotidianidad laboral.

Estrategias utilizadas por ellas, como la de apropiarse de rasgos más masculinos y llevar a sus hijos a las comisarías; el uso "generizado" de la fuerza física, o el incremento significativo de mujeres en esa institución en los últimos años, condujeron a "que la fuerza se diversificara y las mujeres policías se impusieran. Antes tenía dos caminos para tener éxito profesional: convertirse en varones o estar condenadas al fracaso".

En esta línea, en palabras de Mariana Galvani, lo interesante de "Género y sexualidad en la Policía Bonaerense" es que evidencia "que ni los policías son malos, ni las mujeres son buenas; y no sólo no son buenas, son mujeres que pegan y pueden ser femeninas, pero sin embargo hay cosas que son distintas para varones y mujeres".

Por su parte, a Mengolini la lectura de la investigación, contó, le significó derribar ciertos preconceptos, como "las características masculinas de las mujeres; me pareció inspirador que se apropiaran de características como la valentía por el hecho de ser mujer y no por una masculinización" o "el vanagloriarse del uso de la sexualidad para conseguir cosas".

Sobre esto, la profesora e investigadora en el Observatorio de Políticas de Seguridad bonaerense, explicó que "aparecen valores que nosotros identificamos como lugares masculinos pero que muchas veces son más híbridos" y en esta línea sintetizó que "más que masculinidad, el libro muestra cómo se construye la femineidad en la policía bonaerense".

Y tal como concluye la autora hacia el final de su investigación, "el uso por parte de cuerpos femeninos de la fuerza fí­sica es considerado ilegitimo o excepcional en variados ámbitos sociales porque trastoca los modelos clásicos y ahistóricos de las reflexiones acerca del género".

En cambio, continúa, "en el espacio social de la Policía de la Provincia de Buenos Aires esto se presentó diferente: el ejercicio de la violencia podí­a ser también un rasgo posible y permitido entre los que caracterizaban un tipo de feminidad disponible o deseada".

Lejos de un tono puramente académico, el libro se desliza por los entretelones de la cotidianidad en la policía bonaerense y en esa hazaña le propone lector romper los sentidos comunes que giran en torno a esa fuerza de seguridad, porque, como bien refleja Calandrón, al igual que en cualquier otro espacio de trabajo, también hay lugar para las emociones, la intimidad y la sexualidad.

Fuente: Télam

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