Después de la caída de la Unión Soviética, Rusia sufrió la devaluación de su moneda (rublo) de la que va recuperándose. El país depende de las importaciones de commodities, por lo que todos los que quieran negociar encontrarán un mercado de grandes oportunidades de negocios, pero con graves problemas estructurales y culturales: debilidad del sistema bancario, mal "business climate" que dificulta la inversión directa, corrupción y falta de credibilidad de las instituciones. No obstante, Rusia ha sido reconocida por la Organización Mundial del Comercio, lo que le está permitiendo mejor comunicación y negociación. Cheyllada dijo que todo aquel que quiera vender en Rusia debe contratar los servicios de un agente local, que facilite el acceso a las empresas y ayude con la compleja burocracia estatal.
Fuente/ lagaceta.com.ar